¿Qué es la teoría del equilibrio entre vida laboral y personal de Kirchmeyer?

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La teoría del equilibrio trabajo-vida de Kirchmeyer (2000) define este equilibrio como la capacidad de desempeñar múltiples roles con un compromiso y dedicación similares en cada uno, manteniendo un nivel aceptable de atención y participación.
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El Equilibrio Trabajo-Vida según Kirchmeyer: Más allá de la Simple Armonía

La teoría del equilibrio entre vida laboral y personal, un concepto cada vez más relevante en el siglo XXI, ha sido objeto de diversas conceptualizaciones. Si bien existen múltiples enfoques, la propuesta de Kirchmeyer (2000) se destaca por su enfoque en la multifuncionalidad y la equidad de compromiso. Su propuesta no se centra únicamente en la armonía entre ambas esferas, sino en la capacidad de sostener un nivel de dedicación y atención comparables en cada uno de los roles que una persona desempeña.

Kirchmeyer, lejos de proponer una fórmula mágica para alcanzar la tan anhelada “solución perfecta”, plantea el equilibrio como un estado dinámico y complejo. Su teoría no idealiza la idea de una “división equitativa” de tiempo, sino que se centra en la equidad de compromiso. Esto implica que el individuo debe sentir un involucramiento similar, y no necesariamente un reparto temporal igualitario, en su rol como trabajador, padre, amigo, voluntario, o en cualquier otro papel que asuma.

La idea central reside en la capacidad de un individuo para mantener un nivel aceptable de atención y participación en todos sus roles. ¿Qué significa esto? Implica la posibilidad de:

  • Gestionar múltiples demandas: La teoría reconoce la multiplicidad de responsabilidades que suelen caracterizar las vidas modernas. El desafío no reside en evitar las demandas, sino en gestionarse de forma que cada rol pueda ser cubierto con una dedicación acorde a la importancia que se le otorga.
  • Reconocer y valorar la interdependencia: La vida laboral y personal no son compartimentos estancos. Las experiencias y emociones que se viven en uno de los ámbitos pueden influir y afectar notablemente al otro. Kirchmeyer resalta la necesidad de entender esta interconexión y gestionarla.
  • Establecer límites y prioridades: La equidad de compromiso no implica una sobrecarga, sino la capacidad de establecer límites y prioridades, asignando un nivel adecuado de atención a cada uno de los roles. Esto, inevitablemente, conlleva una toma de decisiones consciente y un aprendizaje continuo sobre cuáles son las prioridades para cada individuo.

En resumen, la teoría del equilibrio trabajo-vida de Kirchmeyer (2000) no se centra en alcanzar una armonía perfecta, sino en la capacidad de sostener un compromiso y una dedicación similares, en la medida de lo posible, en cada uno de los roles que una persona asume. Esta perspectiva más realista e integral es clave para comprender el equilibrio trabajo-vida no como un objetivo estático, sino como un proceso dinámico y personal, susceptible de ser modelado y mejorado a través de la gestión de las expectativas, la comunicación efectiva y la autoconciencia. Es una propuesta que trasciende la simple división del tiempo, para centrarse en la calidad de la dedicación a cada rol, lo que a su vez impacta de manera positiva en la salud y la satisfacción personal.