¿Dónde no debe estar un espejo?

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Evite colocar espejos frente a puertas o ventanas, pues se cree que interrumpen el flujo energético. Asimismo, evite colocarlos uno frente al otro o formando ángulos, ya que la reflexión continua podría generar una sensación de desasosiego e inestabilidad.

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El Arte Del Espejo: Dónde No Debe Reflejar Tu Refugio

Los espejos, objetos cotidianos que nos devuelven nuestra imagen y amplían visualmente nuestros espacios, son mucho más que simples herramientas de aseo personal. Han sido venerados y temidos a lo largo de la historia, asociados con la belleza, la verdad, pero también con el misterio y lo sobrenatural. Más allá de su función práctica, los espejos, estratégicamente ubicados, pueden transformar la atmósfera de un hogar, aportando luminosidad y una sensación de amplitud. Sin embargo, como cualquier elemento decorativo, su colocación requiere de cierta reflexión (valga la redundancia) para evitar efectos indeseados. No se trata solo de una cuestión estética, sino también de cómo influyen en nuestra energía y bienestar.

Más allá de la superstición, la forma en que distribuimos los espejos en nuestro hogar puede afectar nuestra percepción del espacio, nuestro estado de ánimo e incluso, según algunas creencias, el flujo de energía vital que recorre nuestros ambientes. Es por ello que existen ciertos lugares donde la presencia de un espejo puede resultar contraproducente.

Rompiendo el Flujo: Evita la Puerta y la Ventana

Imagina la energía entrando a tu hogar a través de la puerta principal, un flujo constante y renovador que revitaliza el ambiente. Ahora imagina un espejo, colocado justo enfrente, bloqueando esa entrada y reflejando esa energía de vuelta al exterior. Esta es la principal razón por la que muchos desaconsejan ubicar espejos frente a puertas de entrada, ya sean la principal o las de habitaciones. Se cree que, al hacerlo, se interrumpe el flujo positivo y se impide que la abundancia y las oportunidades entren en nuestras vidas. En lugar de atraer, repelen.

De manera similar, colocar un espejo frente a una ventana puede generar un efecto similar. En lugar de reflejar la belleza del paisaje exterior y multiplicar la luz natural, el espejo estaría devolviendo esa energía, impidiendo que se incorpore al ambiente interior. La ventana, como la puerta, es una vía de entrada y salida, y el espejo, al bloquear ese flujo, podría generar una sensación de estancamiento.

Un Laberinto de Reflejos: No al Enfrentamiento ni a los Ángulos

Si bien un espejo bien ubicado puede ampliar visualmente un espacio, la colocación indiscriminada puede tener el efecto contrario. Una práctica que se desaconseja rotundamente es la de colocar espejos uno frente al otro, creando un túnel infinito de reflejos. Esta configuración, más allá de generar una confusión visual, puede resultar perturbadora a nivel psicológico. La repetición constante de la imagen puede generar una sensación de desasosiego, ansiedad e incluso, en personas sensibles, una percepción distorsionada de la realidad.

La misma precaución se debe tener con la colocación de espejos formando ángulos. Esta disposición puede fragmentar la imagen reflejada, creando una sensación de inestabilidad y desequilibrio. En lugar de aportar armonía al espacio, puede generar una sensación de fragmentación y confusión.

En Conclusión: Reflexiona Antes de Reflejar

La ubicación de los espejos en nuestro hogar es una decisión que debe tomarse con cuidado y consideración. Más allá de seguir reglas estrictas, se trata de entender cómo estos objetos influyen en nuestra percepción del espacio y en nuestro bienestar emocional. Antes de colgar un espejo, reflexiona sobre qué deseas reflejar, qué atmósfera quieres crear y cómo quieres que la energía fluya en tu hogar. Evita los lugares donde el espejo pueda interrumpir el flujo natural de la energía, generar confusión o provocar sensaciones de desasosiego. El arte del espejo reside en encontrar el equilibrio perfecto entre la estética y la armonía.