¿Quién se enamoró de Shinobu?

Doma, el demonio enamorado de Shinobu

En el sombrío reino del más allá, donde los lazos terrenales se desvanecen, un encuentro insólito conmocionó las almas errantes. Doma, el antiguo demonio de la Luna Superior Dos, cuyo corazón una vez estuvo sellado por una insaciable sed de sangre, se encontró ante Shinobu, la antigua Cazadora de Demonios Pilar de los Insectos.

Con el dolor de su derrota reciente aún latente en su espíritu, Doma se acercó a Shinobu, una mirada de anhelo indescriptible en sus ojos. En un giro inesperado, confesó haber albergado un amor secreto por ella durante su enfrentamiento final.

Las palabras de Doma cayeron sobre Shinobu como un rayo. Ella, que siempre había visto a Doma como un enemigo despiadado e implacable, se quedó perpleja por su revelación. Sin embargo, su asombro pronto dio paso a la burla.

“Un amor por mí”, se mofó Shinobu, su voz cargada de amargura. “Eres un demonio, Doma. Un monstruo que se deleitaba con el sufrimiento de los inocentes. ¿Cómo puedes pretender amarme a mí, que me dediqué a destruir a los de tu especie?”.

Doma intentó defender sus sentimientos, argumentando que había cambiado, que el odio que una vez consumió su corazón se había disipado. Pero sus súplicas no lograron penetrar la coraza de Shinobu. Ella le recordó los innumerables asesinatos que había cometido, la crueldad que había infligido.

“Tu ‘amor'”, espetó Shinobu, “no es más que un último intento de redención. Un cobarde consuelo para un alma condenada”.

Con una risa amarga, Doma se retiró, el peso de su amor no correspondido abrumándolo. Y así, en el más allá, el amor inesperado de Doma por Shinobu se convirtió en un testimonio de la naturaleza engañosa del corazón humano, incluso en la cara de la oscuridad eterna.