¿Cómo afecta al cuerpo la Helicobacter pylori?

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La bacteria Helicobacter pylori erosiona la capa protectora gástrica e intestinal, permitiendo que el ácido gástrico genere úlceras pépticas en aproximadamente el 10% de los infectados. Además, provoca gastritis, una inflamación de la mucosa estomacal.

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El silencioso enemigo en tu estómago: El impacto de la Helicobacter pylori en el cuerpo

La Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria microscópica que infecta el estómago y, en muchos casos, pasa desapercibida durante años. A diferencia de otras bacterias que causan infecciones agudas y visibles, la H. pylori se instala silenciosamente, tejiendo una trama de daño a largo plazo que puede tener consecuencias significativas para la salud. Su impacto en el cuerpo va más allá de las molestias estomacales ocasionales, representando un riesgo considerable para el desarrollo de enfermedades graves.

La principal forma en que la H. pylori afecta al organismo reside en su capacidad para erosionar la capa protectora de la mucosa gástrica e incluso del duodeno (la primera parte del intestino delgado). Esta mucosa, formada por células epiteliales, actúa como una barrera crucial frente a la acidez del jugo gástrico, esencial para la digestión pero también capaz de dañar el tejido estomacal si se pierde dicha protección. La H. pylori, valiéndose de una serie de mecanismos complejos, incluyendo la producción de enzimas como la ureasa (que neutraliza el ácido y crea un microambiente alcalino alrededor de la bacteria) y la capacidad de moverse a través de la capa mucosa, debilita esta defensa natural.

Esta erosión de la capa protectora es el primer paso hacia la patogénesis de diversas enfermedades. En aproximadamente el 10% de los individuos infectados, la agresión ácida sin la protección de la mucosa resulta en la formación de úlceras pépticas. Estas úlceras, que pueden aparecer tanto en el estómago como en el duodeno, son dolorosas, pueden sangrar y, en casos severos, incluso perforar la pared del órgano afectado, representando una amenaza para la vida.

La presencia de H. pylori también induce una respuesta inflamatoria crónica, dando lugar a la gastritis. Esta inflamación de la mucosa estomacal puede ser asintomática en muchas ocasiones, pero puede manifestarse como dolor abdominal, náuseas, vómitos, hinchazón o pérdida de apetito. La gastritis crónica, de larga duración, incrementa significativamente el riesgo de desarrollar otras complicaciones.

Más allá de las úlceras y la gastritis, la H. pylori se ha relacionado con un mayor riesgo de linfoma gástrico MALT (linfoma asociado a tejido linfoide), un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunológico del estómago. Además, se considera un factor de riesgo para el adenocarcinoma gástrico, una forma más agresiva de cáncer de estómago. Si bien no causa directamente el cáncer, la inflamación crónica inducida por la bacteria crea un microambiente propicio para la proliferación celular anormal y el desarrollo de mutaciones que pueden desencadenar la malignidad.

En resumen, la infección por Helicobacter pylori es una amenaza silenciosa que puede tener consecuencias de gran alcance para la salud. Si bien muchos infectados son asintomáticos, la posibilidad de desarrollar úlceras pépticas, gastritis, e incluso cáncer gástrico, justifica la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado de esta bacteria. Consultando a un médico ante cualquier síntoma digestivo persistente se puede evitar el desarrollo de complicaciones graves asociadas a esta infección.