¿Cómo es el flujo cuando ya va a bajar?

Cambios en el Flujo Vaginal al Final del Ciclo Menstrual

A medida que el ciclo menstrual llega a su fin, el cuerpo experimenta una serie de cambios hormonales que afectan la consistencia y el volumen del flujo vaginal. Estos cambios son normales y no deben causar preocupación a menos que se acompañen de otros síntomas.

Flujo al Final del Ciclo

En la fase lútea tardía del ciclo menstrual, los niveles de progesterona alcanzan su punto máximo. Esta hormona hace que el revestimiento del útero (endometrio) se vuelva más grueso y vascularizado en preparación para un posible embarazo. Sin embargo, si no se produce la concepción, los niveles de progesterona caen y comienza el período menstrual.

Antes de que comience el sangrado menstrual, el flujo vaginal suele cambiar. Puede volverse más:

• Blanco o lechoso: Este color indica una mezcla de células del endometrio desprendidas y moco cervical.
• Escaso: La cantidad de flujo disminuye a medida que los niveles de estrógeno también disminuyen.
• Elástico: El flujo puede estirarse ligeramente entre los dedos debido a una mayor concentración de moco cervical.

Ausencia de Mal Olor o Irritación

Normalmente, el flujo vaginal hacia el final del ciclo menstrual no tiene ningún olor ni causa irritación. Si se experimenta mal olor o picor, podría ser un signo de infección y debe consultarse con un médico.

Cambios Significativos

Cualquier cambio significativo en la consistencia, el volumen o el olor del flujo vaginal debe consultarse con un médico. Esto incluye:

• Flujo abundante o sanguinolento
• Flujo con un olor fuerte o desagradable
• Flujo espumoso o con grumos
• Picor, ardor o dolor
• Flujo que dura más de una semana

Estos cambios podrían indicar una infección, un desequilibrio hormonal u otra afección subyacente que requiere tratamiento.

Conclusión

Los cambios en el flujo vaginal al final del ciclo menstrual son normales y varían de una mujer a otra. La ausencia de mal olor o irritación suele indicar que el flujo es normal. Sin embargo, es importante estar atento a cualquier cambio significativo que pueda indicar un problema subyacente y consultar con un médico si surge alguna inquietud.