¿Cómo evitar el contagio de la gastroenteritis?

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Para prevenir la gastroenteritis, lávese las manos con frecuencia y con agua y jabón. Evite el contacto con superficies contaminadas. El lavado con agua y jabón es más efectivo contra norovirus que los desinfectantes a base de alcohol.
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Cómo blindar tu estómago: Consejos para prevenir la gastroenteritis

La gastroenteritis, comúnmente conocida como “gripe estomacal”, puede convertir unas vacaciones soñadas en una pesadilla, o un día productivo en una batalla contra el baño. Si bien es una afección común, la buena noticia es que existen medidas preventivas que podemos implementar para minimizar el riesgo de contagio y mantener nuestro sistema digestivo a salvo. La clave reside en la higiene y la precaución, dos escudos poderosos contra los virus y bacterias que causan esta molesta enfermedad.

El pilar fundamental para evitar la gastroenteritis es el lavado de manos frecuente y minucioso con agua y jabón. No se trata de un simple enjuague superficial, sino de un proceso consciente que debe durar al menos 20 segundos. Debemos asegurarnos de enjabonar bien las palmas, el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas, áreas donde los microorganismos pueden esconderse. Este hábito, tan sencillo como efectivo, es crucial después de ir al baño, antes de comer o preparar alimentos, y tras el contacto con superficies potencialmente contaminadas.

Y hablando de superficies, evitar el contacto con áreas que puedan albergar gérmenes es otra estrategia vital. Pensemos en manijas de puertas, barandillas, teclados, teléfonos móviles y, especialmente, superficies en baños públicos. En la medida de lo posible, utilicemos toallas de papel para tocar estas áreas o limpiémoslas con un desinfectante adecuado antes de tocarlas. Recordemos que la higiene en espacios compartidos es responsabilidad de todos.

Un punto crucial a destacar, y a menudo pasado por alto, es que, en el caso específico de norovirus, uno de los principales causantes de gastroenteritis, el agua y el jabón son más efectivos que los desinfectantes a base de alcohol. Si bien estos últimos son útiles para eliminar ciertas bacterias, no son tan potentes contra este virus resistente. Por lo tanto, aunque el uso de gel antibacterial es una buena práctica complementaria, no debe reemplazar el lavado de manos con agua y jabón, especialmente cuando existe riesgo de exposición a norovirus.

En resumen, protegernos de la gastroenteritis se basa en la conciencia y la práctica constante de hábitos higiénicos. El lavado de manos riguroso con agua y jabón, la precaución al tocar superficies en áreas públicas y la comprensión de la limitación de los desinfectantes a base de alcohol frente a norovirus son las claves para mantener a raya esta molesta enfermedad y disfrutar de una vida plena y saludable.