¿Cómo me contagio de EPI?

Entendiendo el Riesgo: ¿Cómo se Contrae la Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI)?

La Enfermedad Pélvica Inflamatoria (EPI) es una infección del tracto reproductor femenino que puede causar serias complicaciones si no se trata a tiempo. A menudo, la EPI es el resultado de una infección de transmisión sexual (ITS) que asciende desde la vagina y el cuello uterino hasta el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. Pero, ¿cuáles son los factores específicos que aumentan el riesgo de contraer EPI? Si bien no es contagiosa en el sentido tradicional, es crucial entender cómo se introduce la infección que la causa.

El papel clave de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS):

La causa más común de la EPI son las ITS, especialmente la clamidia y la gonorrea. Estas infecciones, si no se detectan y tratan a tiempo, pueden propagarse desde la vagina a los órganos reproductores superiores. La conexión entre la EPI y las ITS reside en la mayor probabilidad de exposición a estos patógenos cuando se tienen múltiples parejas sexuales. Cuantas más parejas sexuales tenga una persona, mayor será el riesgo de contraer una ITS y, por consiguiente, de desarrollar EPI. Es importante destacar que la monogamia con una pareja que se ha realizado pruebas y está libre de ITS reduce drásticamente este riesgo.

Alterando el Equilibrio Natural: Las Duchas Vaginales:

La vagina posee un ecosistema delicado donde conviven bacterias “buenas” que la protegen contra infecciones. Las duchas vaginales alteran este equilibrio natural, eliminando tanto las bacterias beneficiosas como las dañinas. Esto crea un ambiente propicio para la proliferación de bacterias nocivas que pueden ascender al tracto reproductivo y desencadenar una EPI. En lugar de las duchas vaginales, se recomienda una higiene íntima suave con agua y jabón neutro.

El DIU y un Riesgo Temporal:

El Dispositivo Intrauterino (DIU) es un método anticonceptivo seguro y eficaz para muchas mujeres. Sin embargo, existe un ligero aumento del riesgo de EPI en el momento de la inserción. Esto se debe a que la inserción puede, en raras ocasiones, introducir bacterias en el útero. Generalmente, este riesgo es temporal y disminuye significativamente después de las primeras semanas. Es crucial que la inserción del DIU sea realizada por un profesional médico capacitado que utilice técnicas estériles para minimizar cualquier riesgo de infección. Si se presentan síntomas como fiebre, dolor abdominal intenso o sangrado inusual después de la inserción, es fundamental buscar atención médica inmediata.

En resumen, la EPI no se “contrae” como un resfriado. Se desarrolla como consecuencia de:

• La introducción de bacterias, generalmente a través de una ITS, que ascienden al tracto reproductor.
• Alteraciones en el equilibrio natural de la flora vaginal que facilitan la proliferación de bacterias dañinas.
• Un riesgo, aunque pequeño y temporal, asociado a la inserción de un DIU.

Prevención y Detección Temprana:

La prevención es clave para evitar la EPI. Esto incluye:

• Practicar sexo seguro utilizando preservativos.
• Realizarse pruebas regulares de detección de ITS, especialmente si se tienen múltiples parejas sexuales.
• Evitar las duchas vaginales.
• Elegir un profesional médico calificado para la inserción del DIU.

Finalmente, es vital estar atenta a los síntomas de la EPI, que pueden incluir dolor abdominal bajo, flujo vaginal inusual, dolor durante las relaciones sexuales, sangrado entre periodos menstruales y fiebre. La detección temprana y el tratamiento oportuno con antibióticos son esenciales para prevenir complicaciones a largo plazo, como infertilidad, dolor pélvico crónico y embarazo ectópico. Consulte a su médico si experimenta alguno de estos síntomas.