¿Cómo queda la piel después de un hongo?

El aspecto de la piel después de una infección por hongos

Las infecciones por hongos son comunes y pueden afectar la piel de diversas maneras. La apariencia de la piel después de una infección por hongos depende del tipo de hongo y de la gravedad de la infección.

Síntomas comunes

Los síntomas característicos de una infección por hongos en la piel incluyen:

• Enrojecimiento: La zona afectada puede aparecer de color rojo o rosado.
• Picazón: La infección puede causar una intensa picazón, especialmente en las zonas húmedas.
• Descamación: La piel puede desprenderse en escamas o placas.
• Erupción cutánea: Las infecciones por hongos pueden manifestarse como un sarpullido con pequeñas ampollas o granos.

Zonas afectadas

Las infecciones por hongos suelen afectar zonas húmedas del cuerpo, como:

• Axilas
• Ingles
• Pliegues cutáneos
• Dedos de los pies
• Uñas
• Cuero cabelludo

Tipos de infecciones por hongos

Existen diferentes tipos de infecciones por hongos que pueden afectar la piel, cada una con su propio conjunto de síntomas.

• Tiña versicolor: Esta infección por hongos provoca manchas claras u oscuras en la piel.
• Pie de atleta: La infección por hongos en los pies puede causar picor, enrojecimiento y descamación.
• Candidiasis: La candidiasis es una infección por hongos que afecta a las zonas húmedas, como la vagina y la boca.
• Tinea capitis: Esta infección por hongos del cuero cabelludo provoca parches de calvicie, descamación y picazón.

Tratamiento

El tratamiento de una infección por hongos depende del tipo de hongo y de la gravedad de la infección. Los tratamientos habituales incluyen:

• Medicamentos antimicóticos: Estos medicamentos se pueden aplicar tópicamente o tomarse por vía oral.
• Higiene: Es importante mantener limpia y seca la zona afectada.
• Ropa holgada: Usar ropa holgada de algodón puede ayudar a prevenir la sudoración y la acumulación de humedad.

Prevención

Puedes tomar medidas para reducir el riesgo de contraer una infección por hongos:

• Mantener una buena higiene.
• Llevar calzado que permita que los pies respiren.
• Cambiar los calcetines y la ropa interior con regularidad.
• Evitar compartir ropa o zapatos con otras personas.
• Mantener las manos y las uñas limpias.
• Tratar las infecciones por hongos de forma temprana.