¿Cómo reanimar a una persona de un infarto?

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Si sospechas un infarto, llama inmediatamente al 112. Mientras esperas a los servicios de emergencia, comprueba la respiración y el pulso. Si no respira o no tiene pulso, comienza la reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente, realizando compresiones torácicas fuertes y rápidas en el centro del pecho. Si está consciente pero con dificultad respiratoria, colócalo en posición de recuperación lateral. Sigue las instrucciones del operador del 112. La RCP aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia.
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Un infarto agudo de miocardio, comúnmente conocido como ataque al corazón, es una emergencia médica que requiere una respuesta rápida y eficaz. Cada minuto cuenta, y la actuación de las personas presentes antes de la llegada de los servicios de emergencia puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Aprender las medidas básicas de reanimación puede ser crucial para salvar la vida de alguien que sufre un infarto.

Si sospechas que una persona está sufriendo un infarto, lo primero y más importante es llamar inmediatamente al 112 (o al número de emergencias de tu país). Describe con calma y claridad la situación al operador, indicando la ubicación exacta y los síntomas que observas. No cuelgues el teléfono hasta que el operador te lo indique.

Mientras esperas la llegada de los servicios de emergencia, es fundamental evaluar el estado de la persona. Comprueba si respira y si tiene pulso. Para comprobar la respiración, observa si el pecho se eleva y baja, y acerca tu oído a la boca de la persona para escuchar si exhala aire. Para comprobar el pulso, coloca dos dedos en la arteria carótida, ubicada en el cuello, junto a la tráquea.

Si la persona no respira o no tiene pulso, debes comenzar la reanimación cardiopulmonar (RCP) inmediatamente. La RCP consiste en realizar compresiones torácicas fuertes y rápidas en el centro del pecho, a un ritmo de entre 100 y 120 compresiones por minuto. Coloca la base de la palma de una mano en el centro del pecho de la persona, entre los pezones. Coloca la otra mano encima de la primera, entrelazando los dedos. Mantén los brazos rectos y utiliza el peso de tu cuerpo para realizar las compresiones, presionando el pecho hacia abajo unos 5-6 centímetros en adultos.

Recuerda que la calidad de las compresiones es crucial. Deben ser rítmicas, fuertes y lo suficientemente profundas como para bombear sangre de manera efectiva. Si tienes formación en RCP, puedes combinar las compresiones torácicas con ventilaciones boca a boca, siguiendo la proporción de 30 compresiones por 2 ventilaciones. Sin embargo, si no te sientes cómodo realizando ventilaciones, concéntrate en las compresiones torácicas continuas.

Si la persona está consciente pero presenta dificultad respiratoria, colócala en la posición de recuperación lateral. Esta posición ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas y previene la asfixia por vómito o secreciones. Para colocar a alguien en posición de recuperación lateral, extiende el brazo más cercano a ti por encima de su cabeza. Flexiona la rodilla opuesta y rueda el cuerpo hacia ti, apoyándolo sobre el costado. Inclina la cabeza hacia atrás ligeramente para asegurar que las vías respiratorias permanezcan abiertas.

Sigue las instrucciones del operador del 112 en todo momento. El operador te guiará a través del proceso y te proporcionará información adicional según la situación. Recuerda que la RCP aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia de una persona que sufre un infarto, y cada segundo cuenta. No tengas miedo de actuar, tu intervención puede salvar una vida.

Además, es importante destacar la importancia de la prevención. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar el tabaco, puede reducir significativamente el riesgo de sufrir un infarto. Informarse sobre los factores de riesgo y controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes también son medidas cruciales para proteger la salud cardiovascular.