¿Cómo saber qué cantidad de cloro lleva una piscina?

Mantener el agua de tu piscina cristalina y saludable no es magia, sino ciencia. Y una parte esencial de esa ciencia es entender cómo calcular y mantener la cantidad correcta de cloro. Un desequilibrio en los niveles de cloro puede resultar en agua turbia, irritación en la piel y ojos, e incluso la proliferación de bacterias y algas. Entonces, ¿cómo saber qué cantidad de cloro necesita tu piscina?

La clave está en la concentración ideal, que se sitúa entre 0.4 y 1.5 gramos de cloro por cada metro cúbico de agua. Piensa en esto como la “zona Ricitos de Oro” del cloro: ni muy poco, ni demasiado, sino la cantidad justa. Fuera de este rango, te arriesgas a problemas. Un nivel bajo de cloro permite el crecimiento de microorganismos perjudiciales, mientras que un nivel excesivamente alto puede irritar la piel, los ojos y las membranas mucosas, además de dañar el equipo de la piscina.

Pero, ¿cómo traducir estos gramos por metro cúbico a la cantidad de producto que debes añadir? Aquí es donde entra en juego el tipo de cloro que utilizas. Si optas por el cloro líquido, una buena regla general es añadir aproximadamente 2 litros por cada 10,000 litros de agua para alcanzar ese nivel óptimo de desinfección. Sin embargo, es importante recordar que esta es solo una aproximación. Factores como la temperatura del agua, la intensidad del sol, la cantidad de bañistas y la presencia de materia orgánica pueden influir en la demanda de cloro.

Para una medición precisa, la mejor herramienta es un kit de análisis de cloro. Estos kits, disponibles en tiendas especializadas, te permiten medir con exactitud los niveles de cloro libre y total en el agua. Siguiendo las instrucciones del kit, podrás obtener una lectura precisa y ajustar la dosis de cloro según sea necesario. Recuerda realizar análisis regulares, idealmente dos o tres veces por semana, para mantener un control constante sobre la química del agua.

Además del kit de análisis, existen otros indicadores que te pueden alertar sobre un desequilibrio en los niveles de cloro. El agua turbia, un olor fuerte a cloro, o la irritación en la piel y los ojos pueden ser señales de que algo no va bien. En estos casos, es crucial realizar un análisis y ajustar la dosis de cloro en consecuencia.

Mantener el equilibrio químico adecuado en tu piscina requiere un poco de atención y diligencia. Pero con las herramientas y el conocimiento adecuados, podrás disfrutar de un agua limpia, segura y refrescante durante toda la temporada de baño.