¿Cómo saber si mis lentes progresivos están mal hechos?

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Lentes progresivas mal ajustadas provocan incomodidad visual. Se manifiestan con visión borrosa o doble, disminución del campo visual, necesidad de mover la cabeza para enfocar y, en ocasiones, percepción de imágenes distorsionadas o efecto prismático. Una revisión con el óptico es fundamental.

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¿Sus lentes progresivas le están dando dolores de cabeza? Señales de una fabricación defectuosa.

Las lentes progresivas, diseñadas para corregir la presbicia y permitir una visión nítida a diferentes distancias sin necesidad de cambiar de gafas, representan una gran comodidad. Sin embargo, una fabricación o ajuste incorrecto puede convertirlas en una fuente de frustración e incluso dolores de cabeza. Si está experimentando molestias visuales con sus nuevas lentes progresivas, es importante identificar si se trata de un problema de adaptación o de un defecto en su fabricación.

A diferencia de las gafas con corrección única o bifocales, las progresivas presentan una transición gradual de la potencia entre las diferentes zonas de visión (lejana, intermedia y cercana). Un error en este gradiente, o una mala adaptación a la anatomía facial del usuario, puede generar una serie de síntomas que indican una posible fabricación defectuosa:

Señales de alerta: ¿Sus lentes progresivas están mal hechas?

  • Visión borrosa o doble: Este es el síntoma más común. Si la visión se ve constantemente borrosa, especialmente en zonas específicas de la lente, o si percibe imágenes dobles, es una señal inequívoca de un posible problema. No se debe confundir con una simple adaptación inicial, que suele ser menos intensa y de corta duración.

  • Reducción del campo visual: Las lentes progresivas bien ajustadas ofrecen un amplio campo visual en cada zona. Si observa una notable disminución del campo de visión, especialmente en la zona intermedia o cercana, podría indicar un error en la fabricación o un incorrecto centrado de la lente. Esto le obligará a mover la cabeza constantemente para enfocar correctamente.

  • Necessidad de mover la cabeza excesivamente: Para compensar una mala progresión de la potencia, inconscientemente puede estar inclinando o moviendo la cabeza más de lo normal para encontrar la zona de la lente que le proporcione una visión clara. Esto es agotador y puede provocar dolores de cuello y cabeza.

  • Imágenes distorsionadas o efecto prismático: La percepción de imágenes distorsionadas, con líneas curvas o onduladas, o un efecto prismático (las imágenes parecen desplazarse o inclinarse) son indicios claros de un problema en la fabricación o el montaje de las lentes.

  • Dificultad para la adaptación persistente: Si, pasado un tiempo prudencial (generalmente 2-3 semanas), sigue experimentando molestias significativas y no ha mejorado la adaptación, es altamente probable que exista un defecto en las lentes.

¿Qué hacer?

Si experimenta alguno de estos síntomas, no dude en acudir a su óptico. Es fundamental una revisión exhaustiva para determinar la causa del problema. El óptico podrá evaluar la calidad de la fabricación de las lentes, verificar su correcto montaje y, si es necesario, realizar ajustes o solicitar la sustitución de las lentes. No intente solucionar el problema por su cuenta. Un diagnóstico profesional es crucial para asegurar una buena corrección visual y evitar posibles daños oculares a largo plazo. Recuerde que una correcta adaptación de las lentes progresivas es clave para disfrutar de una visión cómoda y nítida.