¿Cómo se activa la vitamina D con el sol?

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La vitamina D se activa cuando la piel recibe luz solar directa. Por esta razón, se le conoce como la vitamina del sol. La mayoría de las personas obtienen parte de la vitamina D que necesitan a través de la exposición solar. Sin embargo, hay pocos alimentos que la contengan de forma natural.
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La Magia Solar: Descifrando la Activación de la Vitamina D

La vitamina D, a menudo llamada la “vitamina del sol”, es esencial para nuestra salud ósea, inmunidad y bienestar general. A diferencia de la mayoría de las vitaminas, no la obtenemos directamente de los alimentos en cantidades suficientes. Su peculiaridad radica en su activación: se sintetiza en nuestra propia piel gracias a la exposición a la luz ultravioleta B (UVB) del sol.

El proceso es fascinante y comienza con una molécula precursora, el 7-dehidrocolesterol, presente en la piel. Cuando la piel se expone a la luz solar directa, específicamente a los rayos UVB, este precursor sufre una transformación química. La radiación UVB rompe un enlace específico en la molécula, convirtiéndola en colecalciferol, también conocido como vitamina D3.

Este colecalciferol, sin embargo, no es la forma activa de la vitamina D. Es un precursor que necesita ser metabolizado en el hígado y los riñones para convertirse en calcitriol, la forma hormonal activa que nuestro cuerpo puede utilizar. Este proceso de metabolización implica dos pasos cruciales:

  1. Hidroxilación hepática: En el hígado, el colecalciferol se transforma en calcidiol (25-hidroxivitamina D), una forma de almacenamiento de la vitamina D.
  2. Hidroxilación renal: El calcidiol viaja al riñón, donde se convierte en calcitriol (1,25-dihidroxivitamina D), la forma activa que regula la absorción de calcio en el intestino, el metabolismo óseo y otras funciones importantes.

La cantidad de vitamina D3 producida depende de varios factores, incluyendo:

  • La intensidad de la radiación UVB: La intensidad solar varía según la latitud, la altitud, la época del año y la hora del día.
  • El tono de piel: Las personas con piel más oscura necesitan mayor exposición solar para producir la misma cantidad de vitamina D3 que las personas con piel más clara, debido a la mayor concentración de melanina, que actúa como filtro solar natural.
  • La duración de la exposición: Una exposición prolongada no necesariamente significa una mayor producción de vitamina D3, ya que la piel puede llegar a saturarse.
  • El uso de protector solar: Los protectores solares bloquean los rayos UVB, reduciendo la síntesis de vitamina D3. Es importante encontrar un equilibrio entre la protección solar y la exposición necesaria para una síntesis adecuada.

Es crucial entender que la exposición solar no es la única fuente de vitamina D. Ciertos alimentos, como los pescados grasos, los huevos y los productos lácteos fortificados, contienen vitamina D, aunque en cantidades generalmente insuficientes para satisfacer las necesidades diarias de la mayoría de las personas. Por lo tanto, la suplementación puede ser necesaria, especialmente durante los meses de invierno o en poblaciones con riesgo de deficiencia. Es recomendable consultar con un médico para determinar la necesidad de suplementación y la dosis adecuada. La clave reside en un enfoque equilibrado: una exposición solar responsable combinada con una dieta adecuada y, si es necesario, la suplementación, para asegurar niveles óptimos de esta vitamina esencial para nuestra salud.