¿Cómo se clasifican las formas farmacéuticas según su vía de administración?

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Las formas farmacéuticas se clasifican por su vía de administración, incluyendo oral (comprimidos, cápsulas, etc.), rectal y vaginal (supositorios, óvulos), tópica (pomadas, geles, parches) y otras vías como la parenteral (inyecciones) o inhalatoria (aerosoles). Esta clasificación determina la absorción y efecto del fármaco.

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La Vía del Medicamento: Una Clasificación de las Formas Farmacéuticas según su Administración

La efectividad de un fármaco depende no solo de su composición química, sino también de la forma en que se administra al organismo. Esta es la razón por la cual la clasificación de las formas farmacéuticas según su vía de administración es fundamental en la farmacología y la práctica clínica. La elección de una vía específica influye directamente en la velocidad de absorción, la biodisponibilidad y, en consecuencia, en la intensidad y duración del efecto terapéutico.

La clasificación más común se basa en el lugar de administración y el mecanismo de acción subsecuente. Podemos agrupar las formas farmacéuticas en las siguientes categorías principales, aunque existen subclasificaciones más específicas dentro de cada una:

1. Vía Oral: Esta es la vía de administración más común y cómoda para el paciente. Comprende una amplia gama de formas farmacéuticas, cada una diseñada para liberar el fármaco a una velocidad específica:

  • Comprimidos: Sólidos, de fácil ingestión y disponibles en diversas formas (convencionales, de liberación modificada –retardada, prolongada, etc.-, efervescentes, masticables).
  • Cápsulas: Recipientes generalmente de gelatina que contienen el fármaco en polvo, gránulos o líquido. Existen cápsulas de liberación inmediata y de liberación modificada.
  • Jarabe: Solución o suspensión acuosa, generalmente azucarada, con sabor agradable para facilitar la administración, especialmente en niños.
  • Suspensiones: Mezcla de un fármaco insoluble en un vehículo líquido, que debe agitarse antes de su administración.
  • Gragéas: Comprimidos recubiertos con una capa azucarada o similar para mejorar su sabor y/o proteger el fármaco de la degradación.

2. Vía Rectal y Vaginal: Estas vías se emplean principalmente cuando la administración oral está contraindicada o resulta poco eficiente. La absorción en estas vías es más lenta y menos predecible que la oral:

  • Supositorios: Formas sólidas, generalmente de consistencia blanda, que se funden a temperatura corporal, liberando el fármaco en el recto.
  • Óvulos: Formas sólidas, similares a los supositorios, pero diseñados para la administración vaginal.

3. Vía Tópica: La aplicación tópica permite un efecto localizado en la piel, mucosas o ojos. Se busca un efecto directo en el sitio de aplicación, minimizando la absorción sistémica:

  • Pomadas: Preparaciones semisólidas, untuosas, que se aplican sobre la piel.
  • Geles: Preparaciones semisólidas, transparentes o traslúcidas, que se aplican sobre la piel.
  • Cremas: Preparaciones semisólidas que contienen una fase acuosa y una fase oleosa, de textura más ligera que las pomadas.
  • Parches transdérmicos: Sistemas de liberación controlada que permiten la administración de fármacos a través de la piel, proporcionando una liberación lenta y sostenida.
  • Colutorios: Soluciones líquidas para enjuagar la boca y la garganta.
  • Gotas oftálmicas y óticas: Preparaciones líquidas para aplicación en ojos y oídos, respectivamente.

4. Vía Parenteral: Esta vía implica la administración de fármacos directamente en el torrente sanguíneo, el tejido muscular o subcutáneo, evitando el proceso de absorción gastrointestinal:

  • Inyecciones intravenosas (IV): Administración directa en una vena, permitiendo una absorción rápida e inmediata.
  • Inyecciones intramusculares (IM): Administración en un músculo, con una absorción más lenta que la intravenosa.
  • Inyecciones subcutáneas (SC): Administración en el tejido subcutáneo, con una absorción aún más lenta que la intramuscular.

5. Vía Inhalatoria: Esta vía permite la administración de fármacos directamente a los pulmones, ideal para tratar afecciones respiratorias:

  • Aerosoles: Sistemas que liberan el fármaco en forma de finas partículas, para su inhalación.
  • Polvos inhalables: Partículas finas de fármaco en polvo, para inhalación.

Esta clasificación no es exhaustiva, y existen otras vías de administración menos frecuentes, como la sublingual, la nasal o la transconjuntival. Sin embargo, ilustra la importancia de considerar la vía de administración al seleccionar un fármaco y comprender su mecanismo de acción para optimizar su eficacia y seguridad. La elección adecuada de la forma farmacéutica asegura la correcta dosificación y la llegada del medicamento al sitio de acción deseado, garantizando el éxito del tratamiento.