¿Cómo se llaman los movimientos de bombeo del corazón?

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El corazón bombea sangre en un ciclo continuo con dos fases principales. Durante la diástole, los ventrículos se relajan y se llenan de sangre. Luego, en la sístole, los ventrículos se contraen, impulsando la sangre hacia las arterias.

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El latido cardiaco: Diástole y Sístole, el baile rítmico de la vida

El corazón, un motor incansable, late sin cesar, proporcionando la vital energía que impulsa la sangre a través de nuestro cuerpo. Este movimiento ininterrumpido no es un simple bombeo, sino un proceso complejo y finamente orquestado que involucra dos fases principales: la diástole y la sístole. Estos son los nombres de los movimientos de bombeo del corazón, y comprenderlos es crucial para entender el funcionamiento de este órgano vital.

La diástole, que etimológicamente proviene del griego “diastolé” (dilatación), representa la fase de relajación del corazón. Durante este periodo, las cámaras inferiores del corazón, los ventrículos, se expanden y se llenan pasivamente de sangre proveniente de las aurículas, las cámaras superiores. Imagina un globo desinflándose y luego llenándose de aire; la diástole es análoga a la fase de llenado. Es un momento de reposo relativo para los ventrículos, preparándolos para la siguiente y crucial etapa. La relajación de los ventrículos facilita la apertura de las válvulas auriculoventriculares (mitral y tricúspide), permitiendo el flujo sanguíneo sin resistencia. La presión dentro de los ventrículos es baja durante la diástole.

Tras la diástole, llega la sístole, palabra que deriva del griego “systolé” (contracción). Esta fase marca la potente contracción de los ventrículos. Es el momento del “bombeo” en sí. La contracción ventricular aumenta la presión intraventricular, forzando el cierre de las válvulas auriculoventriculares y la apertura de las válvulas semilunares (aórtica y pulmonar). Este cierre y apertura valvular impide el reflujo sanguíneo, asegurando que la sangre fluya unidireccionalmente: hacia la arteria pulmonar (desde el ventrículo derecho) y hacia la aorta (desde el ventrículo izquierdo). La sístole es la fuerza que propulsa la sangre oxigenada a todo el cuerpo y la sangre desoxigenada a los pulmones para su oxigenación.

En resumen, el ciclo cardiaco es un elegante juego de dilatación y contracción, de diástole y sístole, una danza precisa y repetitiva que garantiza la irrigación sanguínea continua y el mantenimiento de la vida. Entender estos términos, diástole y sístole, es comprender la mecánica fundamental del latido del corazón, la base misma de nuestro sistema circulatorio. Cualquier alteración en el ritmo o la fuerza de estas fases puede indicar problemas cardiacos, enfatizando la importancia de la salud cardiovascular.