¿Cómo se mueven las bacterias que no tienen flagelos?

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Las bacterias carentes de flagelos se desplazan mediante el mecanismo de twitching, un movimiento pulsátil e irregular, impulsado por la acción de fimbrias. Observado inicialmente en Acinetobacter calcoaceticus, este método de locomoción se ha identificado en diversas especies bacterianas, como Pseudomonas.

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Más allá del Flagelo: Explorando el Fascinante Movimiento “Twitching” en Bacterias

Cuando pensamos en el movimiento bacteriano, la imagen que suele venir a la mente es la de una célula propulsada por un flagelo giratorio, como una hélice microscópica. Sin embargo, la naturaleza es experta en la diversidad y la adaptación, y existen bacterias que han desarrollado métodos de locomoción igualmente eficientes y sorprendentes, ¡a pesar de carecer de flagelos! Nos adentraremos en el fascinante mundo del movimiento “twitching” o “tirones”, una estrategia inteligente para desplazarse en ausencia del omnipresente flagelo.

Las bacterias sin flagelos, lejos de ser seres inmóviles, se valen de un mecanismo conocido como “twitching”, un término que captura la esencia de su forma de moverse: pequeños tirones intermitentes, un baile irregular y pulsátil que las lleva hacia su destino. Este método de locomoción, a diferencia de la natación fluida impulsada por el flagelo, se basa en la acción de unas estructuras filamentosas llamadas fimbrias (también conocidas como pili tipo IV).

Imagine estas fimbrias como pequeños ganchos retráctiles que la bacteria proyecta hacia la superficie. Estas fimbrias se adhieren al sustrato, ya sea otra célula, una superficie sólida o incluso componentes de la matriz extracelular. Acto seguido, la bacteria se encoge, retrayendo la fimbria y acercándose al punto de anclaje. Esta acción repetida, como una serie de pequeños “tirones”, genera el movimiento “twitching”.

Este tipo de locomoción fue observado por primera vez en la bacteria Acinetobacter calcoaceticus, pero desde entonces, se ha identificado en una amplia variedad de especies bacterianas, incluyendo miembros del género Pseudomonas. Su presencia extendida indica que el “twitching” es una estrategia evolutivamente ventajosa en ciertos entornos y para determinados propósitos.

¿Por qué optar por el “twitching” en lugar del flagelo?

El “twitching” ofrece ventajas específicas en ciertas situaciones. A diferencia del flagelo, que facilita el movimiento en medios líquidos, el “twitching” es particularmente efectivo en:

  • Superficies sólidas: El movimiento sobre superficies sólidas, como tejidos o biofilms, puede ser más eficiente y preciso mediante el “twitching”.
  • Ambientes viscosos: En ambientes ricos en sustancias viscosas, donde la natación con flagelos se vuelve difícil, el “twitching” permite un movimiento más controlado y direccionado.
  • Formación de biofilms: El “twitching” juega un papel fundamental en la formación y organización de biofilms, permitiendo a las bacterias colonizar y adherirse a superficies.

Implicaciones y Futuras Investigaciones

La comprensión del “twitching” es crucial no solo para comprender la biología bacteriana fundamental, sino también para abordar problemas importantes en áreas como la medicina y la biotecnología.

  • Patogénesis: En muchas bacterias patógenas, el “twitching” contribuye a la colonización e infección de tejidos. Inhibir este mecanismo podría representar una nueva estrategia para combatir infecciones bacterianas.
  • Biofilms: Los biofilms bacterianos son responsables de numerosas infecciones crónicas y problemas industriales. Comprender cómo el “twitching” influye en la formación y persistencia de biofilms podría abrir nuevas vías para su control y erradicación.
  • Biotecnología: El “twitching” podría inspirar el diseño de nuevos biomateriales y dispositivos, aprovechando la capacidad de las bacterias para adherirse y desplazarse sobre superficies.

En conclusión, el movimiento “twitching” representa una ingeniosa adaptación bacteriana que demuestra la diversidad y la plasticidad de la vida microscópica. A través de la acción de las fimbrias, estas bacterias logran un movimiento pulsátil y efectivo en entornos donde los flagelos no serían la opción más óptima. La investigación continua en este campo promete desvelar aún más secretos de este fascinante mecanismo y su impacto en diversos aspectos de la vida bacteriana y más allá.