¿Cómo viaja la sangre en el corazón?

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La sangre fluye de la aurícula derecha al ventrículo derecho, que la bombea a los pulmones para oxigenarse. Luego, la sangre oxigenada regresa a la aurícula izquierda y pasa al ventrículo izquierdo, que la bombea al resto del cuerpo.

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El Viaje Circulatorio: Un Recorrido por el Corazón

El corazón, incansable motor de nuestro sistema circulatorio, es una obra maestra de ingeniería biológica. Su función principal es impulsar la sangre, transportando oxígeno, nutrientes y hormonas a todas las células del cuerpo, mientras retira los productos de desecho. Pero, ¿cómo se realiza este complejo viaje sanguíneo dentro del mismo corazón? La respuesta reside en un ingenioso sistema de válvulas y cámaras que aseguran un flujo unidireccional y eficiente.

El recorrido comienza en la aurícula derecha, receptáculo que recibe la sangre desoxigenada, cargada de dióxido de carbono, procedente del cuerpo a través de las venas cavas superior e inferior. Esta sangre, rica en productos de desecho metabólico, se encuentra con una presión relativamente baja.

La llegada de la sangre a la aurícula derecha desencadena un proceso automático: la válvula tricúspide, situada entre la aurícula y el ventrículo derecho, se abre permitiendo el paso de la sangre. El ventrículo derecho, de paredes más gruesas que la aurícula, se contrae con fuerza (sístole ventricular), impulsando la sangre a través de la válvula pulmonar hacia las arterias pulmonares. Es importante destacar que la válvula tricúspide se cierra al inicio de la contracción ventricular, previniendo el reflujo sanguíneo hacia la aurícula.

En los pulmones, la sangre se oxigena: el dióxido de carbono se intercambia por oxígeno en los alvéolos pulmonares. Esta sangre oxigenada, ahora brillante y rica en oxígeno, regresa al corazón a través de las venas pulmonares, llegando a la aurícula izquierda.

La aurícula izquierda, con una presión similar a la derecha, recibe la sangre oxigenada y la impulsa a través de la válvula mitral (o bicúspide) hacia el ventrículo izquierdo. Este ventrículo, la cámara más musculosa del corazón, es el responsable de bombear la sangre oxigenada a todo el cuerpo. Su potente contracción (sístole ventricular) impulsa la sangre a través de la válvula aórtica hacia la aorta, la principal arteria del cuerpo, desde donde se ramificará a través de una extensa red vascular. Similarmente a la válvula tricúspide, la válvula mitral se cierra durante la contracción ventricular, impidiendo el reflujo.

En resumen, la sangre realiza un circuito doble y completo:

  • Circulación pulmonar: Aurícula derecha → Ventrículo derecho → Arterias pulmonares → Pulmones → Venas pulmonares → Aurícula izquierda.
  • Circulación sistémica: Aurícula izquierda → Ventrículo izquierdo → Aorta → Cuerpo → Venas cavas → Aurícula derecha.

Este preciso mecanismo, coordinado por el sistema de conducción del corazón, garantiza el suministro continuo de sangre oxigenada a todos los órganos y tejidos, manteniendo la vida y las funciones corporales. Cualquier disrupción en este flujo puede tener consecuencias significativas para la salud.