¿Cuál es el récord de aguantar la respiración bajo el agua?

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En marzo pasado, Budimir Buda Sobat, croata de 54 años, estableció un nuevo récord mundial de apnea estática al aguantar la respiración bajo el agua durante 24 minutos y 33 segundos. Superó así su propio registro anterior y el del español Aleix Segura, quien en 2016 había logrado una marca de 24 minutos y 3 segundos.

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El límite del aliento: Budimir Buda Sobat y la nueva frontera de la apnea estática

La apnea, la práctica de contener la respiración voluntariamente, ha fascinado a la humanidad durante siglos. Desde simples juegos infantiles hasta disciplinas deportivas de alto rendimiento, la capacidad de resistir la necesidad imperiosa de respirar ha impulsado a los seres humanos a explorar los límites de su fisiología. Y en el mundo de la apnea estática, donde la inmersión se realiza en una piscina o tanque de agua, un nuevo hito se ha establecido, empujando la barrera humana un poco más allá.

En marzo del año pasado, el croata Budimir Buda Sobat, a sus 54 años, se convirtió en el nuevo rey indiscutible de la apnea estática, marcando un impresionante registro de 24 minutos y 33 segundos. Esta hazaña no solo superó su propio récord anterior, sino que también eclipsó la marca previamente establecida por el español Aleix Segura en 2016, quien logró un notable tiempo de 24 minutos y 3 segundos.

La diferencia de 30 segundos entre el récord de Sobat y el de Segura, aparentemente pequeña, representa una gigantesca proeza atlética y fisiológica. Cada segundo adicional bajo el agua, en este tipo de competencia, implica un control preciso y extremo del cuerpo, una resistencia mental inquebrantable y un conocimiento profundo de las técnicas de apnea. No se trata simplemente de aguantar la respiración; se trata de un delicado equilibrio entre la gestión del oxígeno, la regulación del dióxido de carbono, la respuesta del sistema nervioso y la fortaleza psicológica para soportar la intensa presión física y mental.

Este logro de Sobat no solo destaca su destreza individual, sino que también pone de manifiesto el constante avance en las técnicas de entrenamiento y la comprensión de la fisiología humana en relación a la apnea. Investigaciones científicas y el intercambio de conocimientos entre apneístas de élite contribuyen a este progreso constante, permitiendo a atletas como Sobat superar los límites previamente considerados insuperables.

Sin embargo, es fundamental recordar que la apnea estática, aunque fascinante, es una práctica de alto riesgo. Es crucial que solo sea realizada por profesionales con entrenamiento adecuado y bajo supervisión médica. El logro de Buda Sobat, aunque admirable, sirve como testimonio de la capacidad humana, pero también como un recordatorio de los peligros inherentes a la exploración de los límites del cuerpo humano. El récord actual, por impresionante que sea, probablemente no se mantendrá inamovible por mucho tiempo. La búsqueda de la perfección, la superación personal y la comprensión del cuerpo humano impulsarán a futuras generaciones de apneístas a intentar romper la barrera de los 25 minutos, escribiendo así un nuevo capítulo en esta apasionante disciplina.