¿Cuál es la relación que existe entre el cáncer y el pH?

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Si bien algunos estudios exploran la diferencia de pH en el microentorno tumoral, no existe evidencia científica sólida que demuestre que un pH ácido en el cuerpo cause o aumente el riesgo de desarrollar cáncer. La investigación se centra más en cómo las células cancerosas manipulan el pH a su alrededor para crecer y sobrevivir.

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El pH y el Cáncer: Una Relación Compleja, Más Que una Causa-Efecto

La relación entre el pH del cuerpo y el cáncer es un tema que despierta gran interés, a menudo rodeado de información errónea y afirmaciones sin base científica sólida. Si bien el pH juega un papel en el funcionamiento celular y, por lo tanto, influye indirectamente en el desarrollo y progresión tumoral, la idea de que un pH ácido causa cáncer es una simplificación excesiva y, en la actualidad, no está respaldada por la evidencia científica disponible.

Es cierto que numerosos estudios han observado una acidificación del microentorno tumoral, es decir, el entorno inmediato que rodea a las células cancerosas. Este pH ácido, generalmente inferior a 7, es un hallazgo consistente en diversos tipos de cáncer. Sin embargo, es crucial comprender que esta acidez no es necesariamente la causa del cáncer, sino más bien una consecuencia de la actividad metabólica alterada de las células tumorales.

Las células cancerosas presentan un metabolismo distinto al de las células sanas. Para su rápido crecimiento y proliferación, recurren a la glucólisis aeróbica (el proceso de obtención de energía a partir de la glucosa, incluso en presencia de oxígeno), generando como subproducto ácido láctico. Este proceso, conocido como efecto Warburg, contribuye a la acidificación del microambiente tumoral. Esta acidez, a su vez, crea un entorno favorable para el crecimiento tumoral al:

  • Facilitar la invasión y metástasis: El pH ácido degrada la matriz extracelular, facilitando la migración de las células cancerosas a tejidos vecinos.
  • Inhibir la respuesta inmunitaria: Un entorno ácido puede debilitar la actividad de las células inmunitarias, impidiendo que eliminen las células cancerosas.
  • Promover la angiogénesis: La formación de nuevos vasos sanguíneos, crucial para el suministro de nutrientes a los tumores, se ve favorecida en un entorno ácido.

Es importante destacar que, si bien la acidificación del microambiente es una característica del cáncer, no se ha demostrado una relación causal directa entre un pH sistémico ácido y el desarrollo de la enfermedad. Ajustar el pH corporal mediante dietas alcalinas o suplementos no se ha demostrado como una estrategia efectiva para prevenir o tratar el cáncer. De hecho, tales prácticas pueden incluso ser perjudiciales si se descuida la atención médica profesional y se abandonan tratamientos probados.

En resumen, la investigación actual se centra en comprender cómo las células cancerosas manipulan el pH a su alrededor para promover su crecimiento y supervivencia, no en si un pH general ácido del cuerpo es la causa primigenia del cáncer. Se necesitan más investigaciones para desentrañar completamente la compleja interacción entre el pH y el cáncer, pero es fundamental basar las decisiones de salud en evidencia científica sólida y evitar generalizaciones erróneas. La prevención y el tratamiento del cáncer deben basarse en enfoques probados y respaldados por la comunidad científica, como estilos de vida saludables, detección temprana y tratamientos oncológicos adecuados.