¿Cuáles son las fases de la natación?

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La natación comprende cuatro fases:

  • Entrada: Manos por encima del agua, palmas hacia atrás, muñecas extendidas.
  • Agarre: Manos hacia delante, palmas giradas hacia abajo, agarre del agua.
  • Tirón: Manos se extienden hacia atrás, tirando del agua.
  • Empuje: Manos se extienden hacia adelante, empujando el agua.
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Descifrando el Movimiento: Las Fases de la Natación y su Fluidez

La natación, aparentemente un movimiento fluido e ininterrumpido, se compone en realidad de una secuencia precisa y coordinada de fases que, en su perfecta ejecución, generan propulsión y eficiencia en el agua. Si bien se simplifica a menudo en cuatro fases principales, entender la interdependencia y la transición suave entre ellas es clave para mejorar la técnica y optimizar el rendimiento. Olvidemos la idea de movimientos aislados y pensemos en un flujo constante.

Estas fases, lejos de ser compartimentos estancos, se fusionan entre sí, creando una cadena cinética donde la energía generada en una fase alimenta la siguiente. No existe un punto de corte exacto, sino una progresión natural y dinámica.

1. Entrada (o Entrada al Agua): Esta fase, a menudo subestimada, es fundamental para establecer la posición óptima para el resto del ciclo. Se caracteriza por la entrada de las manos al agua, con los dedos ligeramente separados y dirigidos hacia delante. La muñeca debe permanecer extendida, evitando una flexión que frene el movimiento. Las palmas deben estar orientadas hacia atrás, ofreciendo la menor resistencia posible al entrar al agua. Es crucial aquí la precisión, entrando en el agua con las manos ligeramente por delante de la cabeza y no demasiado juntas ni separadas. Una entrada ineficaz puede comprometer el resto de la fase.

2. Agarre (o Atracción): Una vez que las manos se sumergen completamente, comienza el agarre. Aquí, las palmas giran gradualmente hacia abajo, como si estuviéramos abrazando el agua. Esta rotación permite un mayor contacto con el agua y genera una mayor superficie de propulsión. No se trata sólo de introducir las manos, sino de “atrapar” el agua y comenzar a generar fuerza. Esta fase es crucial para transferir la energía de la entrada a la propulsión.

3. Tirón (o Propulsión): Esta es la fase donde se produce la mayor generación de fuerza. Las manos se extienden hacia atrás, tirando del agua con un movimiento coordinado de brazos y hombros. Es importante mantener una tensión adecuada para aprovechar al máximo la resistencia del agua, pero sin forzar ni perder la eficiencia del movimiento. La trayectoria del tirón no es una línea recta, sino una curva que sigue la forma del cuerpo, maximizando la superficie de contacto con el agua. La potencia del tirón depende de la correcta participación de la espalda, el core y los músculos del tronco.

4. Empuje (o Recuperación): Una vez completado el tirón, comienza la fase de empuje. Las manos salen del agua, utilizando el impulso generado en la fase anterior. El cuerpo se eleva ligeramente fuera del agua, permitiendo que las manos se desplacen por encima del agua hasta la posición de entrada, preparándose para el siguiente ciclo. Esta fase no es pasiva, sino que se utiliza para minimizar la resistencia y posicionarse correctamente para la siguiente brazada. Una transición fluida entre el tirón y el empuje es esencial para la eficiencia.

En definitiva, comprender las fases de la natación no se limita a identificarlas individualmente. Se trata de entender su interconexión y fluidez, de sentir cómo cada fase alimenta la siguiente en una danza armoniosa entre el cuerpo y el agua. El dominio de estas fases es la clave para una natación eficiente, potente y elegante.