¿Cuáles son los microorganismos buenos?

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Los microorganismos beneficiosos, como bacterias, hongos y protozoos, habitan en el suelo y las plantas. Son esenciales para el ecosistema agrícola, contribuyendo a procesos vitales.
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Los microorganismos beneficiosos: aliados invisibles para la salud agrícola

El mundo de los microorganismos va mucho más allá de los patógenos causantes de enfermedades. En el rico ecosistema del suelo y las plantas, residen innumerables microbios beneficiosos que desempeñan un papel crucial en la agricultura sostenible.

Bacterias auxiliares

Las bacterias auxiliares, como las rizobacterias promotoras del crecimiento vegetal (PGPR), forman relaciones simbióticas con las plantas. Colonizan las raíces y liberan sustancias que estimulan el crecimiento de las plantas, aumentan la absorción de nutrientes y mejoran la tolerancia a condiciones de estrés. Por ejemplo, las bacterias del género Bacillus producen auxinas y ácido giberélico, hormonas vegetales esenciales para el desarrollo de las plantas.

Hongos micorrícicos

Los hongos micorrícicos establecen relaciones mutuamente beneficiosas con las raíces de las plantas. Crean redes extensas conocidas como micorrizas que aumentan enormemente la capacidad de las plantas para absorber agua y nutrientes del suelo. A cambio, los hongos reciben carbohidratos de las plantas. Las micorrizas mejoran la tolerancia a la sequía, el estrés salino y las enfermedades de la raíz.

Protozoos depredadores

Los protozoos depredadores, como los flagelados y los ciliados, juegan un papel esencial en el control de poblaciones de bacterias y hongos patógenos en el suelo. Cazan y consumen estos microorganismos dañinos, reduciendo la incidencia de enfermedades y mejorando la salud de las plantas.

Importancia agrícola

Los microorganismos beneficiosos son esenciales para mantener ecosistemas agrícolas equilibrados y productivos:

  • Mejora del rendimiento: Promueven el crecimiento de las plantas, aumentan la absorción de nutrientes y reducen los requisitos de fertilizantes.
  • Resistencia a las enfermedades: Fortalecen las defensas de las plantas contra patógenos, reduciendo las pérdidas de cultivos y los costes de control.
  • Tolerancia al estrés: Mejoran la capacidad de las plantas para soportar condiciones de estrés, como la sequía y el estrés salino.
  • Ciclo de nutrientes: Participan en la descomposición de la materia orgánica y el ciclo de nutrientes en el suelo, asegurando la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
  • Calidad del suelo: Mejoran la estructura y la fertilidad del suelo, creando un ambiente saludable para las plantas.

Gestión de los microorganismos beneficiosos

Los agricultores pueden fomentar poblaciones de microorganismos beneficiosos mediante prácticas de gestión sostenibles:

  • Labranza mínima: Preserva las poblaciones de microbios en el suelo.
  • Enmiendas orgánicas: Añade materia orgánica al suelo, que sirve como fuente de alimento para los microorganismos beneficiosos.
  • Rotaciones de cultivos: Introduce diversidad en los cultivos, fomentando poblaciones microbianas diversas.
  • Uso responsable de agroquímicos: Reduce el uso de productos químicos que pueden dañar los microorganismos beneficiosos.

Al comprender y aprovechar el potencial de los microorganismos beneficiosos, los agricultores pueden crear sistemas agrícolas más sostenibles y productivos que garanticen la seguridad alimentaria y la salud de los ecosistemas.