¿Cuándo aplicar frío y calor en una lesión?

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El tratamiento con frío o calor depende del tipo de lesión. El frío se aplica a lesiones agudas para reducir inflamación y dolor inmediato. El calor, en cambio, alivia el dolor y la rigidez en lesiones crónicas o dolores musculares preexistentes, mejorando la circulación sanguínea en la zona afectada.
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¿Cuándo aplicar frío y calor en una lesión?

Cuando sufres una lesión, el primer instinto es aplicar algo para aliviar el dolor y la inflamación. Sin embargo, no todos los tratamientos son iguales. El frío y el calor pueden ser eficaces, pero es importante saber cuándo utilizar cada uno para obtener los mejores resultados.

Frío para lesiones agudas

Las lesiones agudas, como esguinces, distensiones o traumatismos, suelen provocar inflamación inmediata. El frío ayuda en estos casos porque:

  • Reduce la inflamación: El frío contrae los vasos sanguíneos, lo que reduce el flujo de sangre al área lesionada. Esto disminuye la hinchazón y el dolor asociado.
  • Adormece el dolor: El frío puede adormecer temporalmente los nervios, proporcionando alivio del dolor.
  • Previene el daño tisular: La inflamación puede dañar aún más los tejidos lesionados. El frío ayuda a prevenir este daño al ralentizar el metabolismo celular.

Calor para lesiones crónicas y dolores musculares

El calor es más adecuado para lesiones crónicas o dolores musculares preexistentes, como artritis, dolor lumbar o tensión muscular. El calor ayuda en estos casos porque:

  • Alivia el dolor: El calor aumenta el flujo sanguíneo, lo que lleva oxígeno y nutrientes a los tejidos doloridos. Este aumento del flujo sanguíneo también ayuda a eliminar los residuos que pueden causar dolor.
  • Reduce la rigidez: El calor ayuda a relajar los músculos tensos y a mejorar la flexibilidad. Esto puede aliviar la rigidez y mejorar el rango de movimiento.
  • Promueve la curación: El calor acelera el metabolismo celular, lo que puede promover la curación de los tejidos dañados.

Cómo aplicar frío y calor

  • Frío: Aplica una compresa de hielo o una bolsa de guisantes congelados envuelta en un paño durante 15-20 minutos a la vez, varias veces al día.
  • Calor: Aplica una almohadilla térmica o una botella de agua caliente sobre la zona afectada durante 15-20 minutos a la vez, varias veces al día.

Advertencias

  • Nunca apliques hielo o calor directamente sobre la piel, ya que puede causar quemaduras.
  • No apliques calor en zonas con mala circulación o heridas abiertas.
  • Si la lesión es grave o no mejora con el tratamiento en casa, busca atención médica.

Siguiendo estas pautas, puedes utilizar eficazmente el frío y el calor para aliviar el dolor y promover la curación de las lesiones. Recuerda que el tratamiento óptimo dependerá del tipo y la gravedad de la lesión.