¿Cuando estás malo de los riñones, orinas mucho.?

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Cuando los riñones están enfermos, la función urinaria se ve afectada. Es común observar cambios en la frecuencia y el volumen de la orina, con micciones más frecuentes y abundantes, produciendo orina pálida. También puede aparecer espuma o burbujas inusuales en la orina debido a la presencia de proteínas.

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Orinar mucho: ¿Una señal de problemas renales? Desmintiendo el mito y explorando la realidad.

La creencia popular asocia la micción frecuente y abundante con problemas renales. Si bien es cierto que ciertas enfermedades renales pueden manifestarse de esta manera, es crucial comprender que orinar mucho no es, por sí solo, un diagnóstico de enfermedad renal. Es un síntoma que puede estar relacionado con diversas causas, algunas benignas y otras graves. Analicemos con detalle la compleja relación entre la función renal y la producción de orina.

Como se indica comúnmente, cuando los riñones funcionan mal, su capacidad para filtrar los desechos de la sangre se ve comprometida. Esto puede provocar, en algunos casos, un aumento en la producción de orina, a menudo descrita como poliuria. En estas situaciones, la orina suele ser más pálida de lo habitual debido a la dificultad renal para concentrar los electrolitos y otras sustancias. La presencia de proteínas en la orina, detectable a veces como espuma o burbujas, también puede ser un indicio de disfunción renal. Esto se debe a que los riñones sanos filtran eficazmente las proteínas, evitando su eliminación a través de la orina.

Sin embargo, es importante destacar que la poliuria puede tener orígenes muy diversos, que van desde la ingesta excesiva de líquidos hasta condiciones como la diabetes mellitus (tanto tipo 1 como tipo 2) o la diabetes insípida. En la diabetes mellitus, la presencia de glucosa en la sangre aumenta la cantidad de glucosa filtrada por los riñones, arrastrando consigo agua y provocando una mayor producción de orina. La diabetes insípida, por otro lado, se caracteriza por una deficiencia en la hormona antidiurética (ADH), que regula la reabsorción de agua en los riñones. La falta de ADH lleva a una eliminación excesiva de agua a través de la orina.

Además, infecciones del tracto urinario, el consumo excesivo de café o alcohol, ciertos medicamentos diuréticos y el embarazo también pueden causar micción frecuente. Por lo tanto, atribuir automáticamente la poliuria a una enfermedad renal es una simplificación peligrosa.

¿Cuándo debo preocuparme?

Si experimenta un cambio significativo en sus hábitos urinarios, incluyendo un aumento repentino en la frecuencia o el volumen de la orina, acompañado de otros síntomas como dolor al orinar, sangre en la orina, hinchazón en las piernas o los pies, fatiga extrema o cambios en el color de la orina, es crucial consultar a un médico. Estos síntomas, en conjunto, pueden ser indicadores de problemas renales o de otras afecciones que requieren atención médica inmediata.

En resumen, mientras que la poliuria puede ser un síntoma asociado con enfermedades renales, no es un indicador definitivo. Una evaluación médica completa, incluyendo análisis de orina y sangre, es esencial para determinar la causa subyacente de la micción frecuente y establecer un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. No se automedique y busque atención profesional ante cualquier cambio significativo en su salud.