¿Cuándo parar la reanimación?

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La reanimación cardiopulmonar (RCP) debe interrumpirse tras 20 minutos de ausencia de retorno de la circulación espontánea (ROSC) o ritmo cardíaco viable, a menos que existan factores reversibles identificables con potencial para mejorar el pronóstico.
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Cuándo suspender la reanimación cardiopulmonar (RCP)

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una técnica de emergencia crucial que tiene como objetivo restaurar la respiración y la circulación espontáneas en personas que han sufrido un paro cardíaco. Sin embargo, existen situaciones en las que la RCP debe interrumpirse para evitar esfuerzos inútiles y prolongar el sufrimiento del paciente.

Criterios para suspender la RCP

Las guías actuales de reanimación recomiendan suspender la RCP después de 20 minutos en ausencia de retorno de la circulación espontánea (ROSC) o de un ritmo cardíaco manejable. Esto se basa en la escasa tasa de éxito de la RCP más allá de este período y en la evidencia de que la continuación de los intentos de reanimación puede dañar más que beneficiar al paciente.

Factores reversibles que justifican la continuación de la RCP

En algunos casos, puede estar justificado continuar la RCP más allá de los 20 minutos si existen factores reversibles identificables con el potencial de mejorar el pronóstico del paciente. Estos factores pueden incluir:

  • Hipotermia: Los pacientes con hipotermia pueden tener una actividad cardíaca y respiratoria disminuida, pero aún pueden ser susceptibles de reanimación con medidas de calentamiento.
  • Intoxicación por drogas o alcohol: Los pacientes intoxicados pueden tener una depresión del sistema nervioso central que responde a la administración de antídotos.
  • Ahogamiento: Los pacientes que han estado sumergidos en agua fría pueden tener un reflejo de buceo que suprime la respiración y la circulación, pero que puede revertirse con medidas de soporte adecuadas.
  • Arritmias tratables: Algunas arritmias, como la taquicardia ventricular sin pulso, pueden ser tratables con desfibrilación o medicamentos antiarrítmicos.

Evaluación de la situación

La decisión de suspender o continuar la RCP debe tomarse caso por caso, teniendo en cuenta cuidadosamente el tiempo transcurrido, la respuesta del paciente a los esfuerzos de reanimación y la presencia de factores reversibles. El equipo de reanimación debe sopesar los beneficios potenciales frente a los riesgos y daños potenciales de continuar la RCP.

Comunicación con la familia

Es importante mantener una comunicación abierta y honesta con la familia del paciente durante el proceso de reanimación. Informarles sobre los criterios para suspender la RCP y las razones de la decisión ayuda a abordar sus expectativas y preocupaciones.

Conclusión

La suspensión de la RCP es una decisión difícil pero necesaria que se toma cuando la probabilidad de éxito es baja y la continuación de los esfuerzos puede ser perjudicial. Siguiendo las pautas actuales y evaluando cuidadosamente los factores específicos del caso, los equipos de reanimación pueden tomar decisiones informadas que prioricen el bienestar y la dignidad del paciente.