¿Cuánto dura una bacteria hospitalaria?

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Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM o MRSA) es una bacteria capaz de persistir en entornos hospitalarios, contaminando superficies y objetos por periodos prolongados, incluso superando un año. Su resistencia a múltiples antibióticos la convierte en una preocupante causa de infecciones intrahospitalarias.

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La Tenaz Supervivencia de las Bacterias Hospitalarias: El Caso del SARM

Las infecciones intrahospitalarias representan una seria amenaza para la salud pública, y en su núcleo se encuentran las bacterias, capaces de resistir durante periodos sorprendentemente largos en el entorno hospitalario. Mientras que la duración exacta varía según la especie bacteriana, la especie y la superficie, un ejemplo emblemático de la persistencia de estas amenazas microscópicas es el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM o MRSA).

La pregunta clave es: ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una bacteria hospitalaria como el SARM? La respuesta no es sencilla y carece de una cifra precisa. A diferencia de un organismo macroscópico con necesidades metabólicas inmediatas, una bacteria como el SARM puede entrar en un estado de latencia, minimizando su actividad metabólica y extendiendo significativamente su tiempo de supervivencia.

Estudios han demostrado que el SARM puede permanecer viable en superficies inanimadas, como manijas de puertas, barandas de camas y equipos médicos, durante más de un año. Este dato alarmante se debe a varios factores:

  • Resistencia a los antibióticos: La resistencia a la meticilina y a otros antibióticos comunes dificulta su erradicación, permitiendo que sobreviva a tratamientos que eliminarían otras bacterias.
  • Formación de biofilms: El SARM, al igual que otras bacterias, puede formar biofilms, comunidades microbianas adheridas a superficies, que ofrecen protección contra desinfectantes y el sistema inmunológico. Esta capa protectora incrementa notablemente su capacidad de supervivencia.
  • Capacidad de dispersión: Las bacterias se dispersan a través del aire, en partículas de polvo o a través del contacto directo, colonizando nuevas superficies y dificultando su control.
  • Variabilidad ambiental: La temperatura, la humedad y la presencia de materia orgánica influyen en la viabilidad bacteriana. Condiciones óptimas prolongan su supervivencia.

Es importante destacar que la supervivencia del SARM no se limita a un simple estado de “vida” o “muerte”. La bacteria puede pasar por diferentes etapas fisiológicas, incluyendo una fase viable pero no cultivable (VBNC), en la cual no se reproduce en medios de cultivo tradicionales, pero conserva la capacidad de causar infección si las condiciones son favorables. Esta fase dificulta su detección y contribuye a la persistencia del problema.

La persistencia del SARM y otras bacterias hospitalarias resalta la crucial importancia de las rigurosas prácticas de higiene y desinfección en entornos sanitarios. Desde la limpieza exhaustiva de superficies hasta el uso de protocolos de aislamiento y el desarrollo de nuevos antibióticos y estrategias terapéuticas, la lucha contra estas amenazas requiere un enfoque multidisciplinar y constante. Sólo así podremos minimizar el riesgo de infecciones intrahospitalarias y proteger la salud de pacientes y personal médico.