¿Dónde se soba para las anginas?

El Mito del Sobadillo para las Anginas: Una Práctica Tradicional sin Base Científica

En algunas culturas populares, persiste la creencia de que las anginas pueden tratarse masajeando los antebrazos, una práctica conocida como “sobadillo” o “buscar la angina”. Según esta tradición, la inflamación de las amígdalas se refleja en la aparición de pequeñas protuberancias o “bolitas” en los antebrazos, que al ser masajeadas con aceite, se deshacen, aliviando así el dolor de garganta. Se suele indicar que este procedimiento debe repetirse en ambos brazos hasta la desaparición de dichas bolitas.

Es importante aclarar que no existe evidencia científica que respalde la eficacia del sobadillo para las anginas. La anatomía y fisiología humanas no sustentan una conexión directa entre la inflamación de las amígdalas, ubicadas en la garganta, y la aparición de protuberancias en los antebrazos. No hay nervios, vasos linfáticos ni ningún otro tipo de conexión anatómica que justifique esta relación.

Las supuestas “bolitas” que se palpan en los antebrazos pueden ser simplemente ganglios linfáticos, tejido muscular o grasa subcutánea, cuya presencia es normal y no está relacionada con las anginas. Masajear estas zonas puede generar una sensación temporal de alivio debido al efecto relajante del masaje, pero no aborda la causa real de la inflamación en las amígdalas.

Las anginas, o amigdalitis, son causadas principalmente por infecciones virales o bacterianas. Su tratamiento adecuado requiere un diagnóstico médico preciso y puede incluir analgésicos para el dolor, antiinflamatorios, y en algunos casos, antibióticos si la infección es bacteriana. Confiar en prácticas tradicionales sin fundamento científico como el sobadillo puede retrasar el tratamiento adecuado y potencialmente empeorar la condición.

Si presentas síntomas de anginas, como dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre o inflamación de las amígdalas, es fundamental consultar a un médico. El profesional de la salud podrá determinar la causa de la inflamación y prescribir el tratamiento más efectivo. Recuerda que la automedicación y las prácticas sin base científica pueden ser perjudiciales para tu salud.