¿Los nadadores sufren muchas lesiones?

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La natación, a pesar de sus beneficios, conlleva un riesgo de lesiones, siendo las de hombros, rodillas, tobillos y espalda baja las más frecuentes.
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La Cara Oculta de la Natación: Un Deporte con Riesgo de Lesiones

La natación, alabada por ser un ejercicio de bajo impacto ideal para todas las edades y niveles de condición física, esconde una realidad menos conocida: a pesar de sus innegables beneficios, los nadadores, incluso aquellos de élite, sufren un número significativo de lesiones. Si bien el impacto directo es menor que en deportes como el atletismo o el baloncesto, la repetición constante de movimientos y la exigencia física imponen una carga considerable sobre el cuerpo, incrementando el riesgo de sufrir dolencias a largo plazo.

Contrariamente a la percepción popular, la natación no es inmune a las lesiones. Las zonas más vulnerables son, sin lugar a dudas, los hombros, las rodillas, los tobillos y la espalda baja. La biomecánica repetitiva de la brazada, especialmente en estilos como la crol, genera una gran tensión en la articulación del hombro, propiciando tendinitis, desgarros del manguito rotador y síndrome de pinzamiento. La potencia y la frecuencia con la que se ejecuta la brazada, sumadas a la resistencia del agua, contribuyen a este problema, que a menudo se agrava por una técnica incorrecta o una sobrecarga de entrenamiento.

Las rodillas, aunque aparentemente protegidas por el agua, también sufren las consecuencias de la fuerza repetitiva. La patada, fundamental en la mayoría de estilos, puede causar tendinitis rotuliana, síndrome de dolor patelofemoral y otros problemas relacionados con los cartílagos y ligamentos de la rodilla. Similarmente, los tobillos, sometidos a una flexión y extensión continuas, son propensos a esguinces y otras lesiones ligamentosas, especialmente en nadadores que no prestan suficiente atención al fortalecimiento de la musculatura estabilizadora del pie y el tobillo.

Por último, la espalda baja, a menudo olvidada en la prevención de lesiones, se ve afectada por la postura prolongada en el agua y la compensación muscular que puede producirse debido a desequilibrios en otras zonas del cuerpo. Dolor lumbar, lumbalgia y hernias discales son complicaciones comunes entre los nadadores, especialmente aquellos que presentan una debilidad en la musculatura abdominal y lumbar.

En conclusión, si bien la natación es un deporte excepcional para la salud cardiovascular y la fuerza muscular, es crucial recordar que conlleva un riesgo inherente de lesiones. Una técnica adecuada, un programa de entrenamiento progresivo, un calentamiento y enfriamiento exhaustivos, así como la incorporación de ejercicios de fortalecimiento muscular y flexibilidad, son factores clave para minimizar el riesgo y disfrutar de todos los beneficios de este deporte sin sufrir las consecuencias de una mala práctica. La prevención, en este caso, es la mejor medicina.