¿Por qué el callo vuelve a salir?
Además de la presión y la fricción, ciertas afecciones médicas como obesidad, diabetes, lepra y artritis pueden alterar la forma del pie, lo que favorece la reaparición de los callos, incluso tras su extracción o el cambio de calzado.
El Retorno Inesperado: ¿Por Qué Vuelven a Aparecer los Callos?
Los callos, esas áreas de piel engrosada que suelen aparecer en los pies, son una molestia común que puede afectar nuestra comodidad y movilidad. A menudo, recurrimos a tratamientos para eliminarlos, confiando en que el problema se resolverá definitivamente. Sin embargo, la frustración llega cuando, a pesar de los cuidados, el callo vuelve a surgir. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es multifactorial, pero entender las causas subyacentes es clave para prevenir la reaparición.
La causa más común de los callos es la presión y la fricción repetida. Un calzado inadecuado, demasiado apretado o con costuras que rozan constantemente la piel, es un caldo de cultivo para su formación. Del mismo modo, actividades que implican movimientos repetitivos o largas caminatas pueden ejercer presión sobre áreas específicas del pie, propiciando el engrosamiento de la piel como mecanismo de defensa.
Sin embargo, reducir la presión y la fricción, por sí solo, no siempre es suficiente para evitar la reaparición del callo. En muchos casos, existen afecciones médicas subyacentes que contribuyen significativamente al problema. Es importante ser consciente de que el pie es una estructura compleja, y las alteraciones en su forma o funcionamiento pueden predisponer a la formación de callos, incluso después de su extracción o tras el cambio de calzado. Entre estas afecciones, destacan:
-
Obesidad: El exceso de peso ejerce una mayor presión sobre los pies, alterando la distribución de la carga y aumentando la fricción en ciertas áreas. Esto puede provocar la formación de callos en zonas como el talón o la planta del pie.
-
Diabetes: Esta enfermedad puede causar neuropatía periférica, es decir, daño a los nervios de los pies. La pérdida de sensibilidad hace que la persona no perciba la presión o la fricción, lo que favorece la formación de callos y, lo que es peor, dificulta la detección temprana de úlceras o infecciones.
-
Lepra: Aunque menos común en algunos países, la lepra también puede causar daño a los nervios y deformidades en los pies, incrementando el riesgo de callos y otras complicaciones.
-
Artritis: Las enfermedades artríticas, como la osteoartritis o la artritis reumatoide, pueden afectar las articulaciones del pie, alterando su alineación y biomecánica. Estas alteraciones pueden crear puntos de presión anómalos, favoreciendo la aparición de callos.
En resumen, la reaparición de los callos no siempre se debe a un simple problema de calzado. Es crucial considerar la posibilidad de que existan condiciones médicas subyacentes que estén contribuyendo al problema. Si a pesar de tomar medidas para reducir la presión y la fricción, los callos persisten, es fundamental consultar con un podólogo o médico especialista. Un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento integral, que aborde tanto los síntomas como las causas subyacentes, son la clave para prevenir la recurrencia de los callos y mantener la salud de nuestros pies.
Además de lo anterior, el podólogo podrá evaluar si existen deformidades óseas, como espolones o dedos en martillo, que también podrían estar contribuyendo a la formación de callos y, en ese caso, recomendar un tratamiento adecuado. No debemos subestimar la importancia de cuidar nuestros pies, ya que son la base de nuestro movimiento y bienestar.
#Callos Pies#Callos Recurren#Causas CallosComentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.