¿Por qué se produce el reflujo vesicoureteral?

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El reflujo vesicoureteral primario, presente al nacer, se debe a una anomalía en la válvula vesicoureteral. Esta válvula, que normalmente impide el retorno de la orina a los uréteres, funciona incorrectamente, permitiendo el reflujo urinario. La incompetencia de esta válvula es la causa principal en los casos primarios.

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El Reflujo Vesicoureteral Primario: Un Fallo Congénito en la Protección Renal

El reflujo vesicoureteral (RVU) es una condición donde la orina, en lugar de seguir su curso normal hacia la vejiga para ser excretada, retrocede hacia los uréteres e incluso hacia los riñones. Aunque existen diversas causas, el reflujo vesicoureteral primario, aquel con el que se nace, tiene una raíz bien definida: un problema en la válvula vesicoureteral, el guardián que, en condiciones normales, previene el flujo retrógrado de orina.

Imaginemos el tracto urinario como un sistema de tuberías altamente eficiente. Los riñones actúan como filtros, produciendo la orina que fluye a través de los uréteres hasta la vejiga, donde se almacena temporalmente antes de ser eliminada a través de la uretra. La válvula vesicoureteral, ubicada en la unión entre el uréter y la vejiga, es crucial para el correcto funcionamiento de este sistema. Actúa como una compuerta unidireccional, permitiendo que la orina entre en la vejiga pero impidiendo que regrese hacia los uréteres.

En los casos de RVU primario, esta válvula presenta una anomalía congénita, es decir, está presente desde el nacimiento. Esta anomalía se traduce en una incompetencia de la válvula vesicoureteral, su incapacidad para cerrar correctamente y evitar el reflujo. La razón principal de esta incompetencia reside en un desarrollo anómalo de la porción intramural del uréter. Normalmente, el uréter atraviesa la pared de la vejiga de forma oblicua, creando un túnel que se colapsa al llenarse la vejiga, reforzando la acción valvular. En los casos de RVU primario, este túnel intramural puede ser demasiado corto o estar mal formado, debilitando la función de la válvula.

La incompetencia de esta válvula es, por tanto, la pieza clave en el puzzle del RVU primario. Al no funcionar correctamente, permite que la orina, bajo la presión del llenado vesical, retroceda hacia los uréteres. Este reflujo urinario puede tener consecuencias significativas, especialmente si la orina está infectada. La infección, al ascender hacia los riñones, puede causar pielonefritis (infección renal) y, a largo plazo, daño renal permanente, incluyendo cicatrices y pérdida de función renal.

Es importante destacar que el RVU primario no es simplemente un problema anatómico, sino también un factor de riesgo importante para infecciones urinarias recurrentes, especialmente en la infancia. La detección temprana y el manejo adecuado del RVU primario son, por lo tanto, cruciales para proteger la salud renal a largo plazo de los niños afectados. El diagnóstico suele realizarse mediante cistouretrografía miccional (CUM), una prueba radiológica que permite visualizar el tracto urinario inferior mientras se llena y se vacía la vejiga. El tratamiento varía según la gravedad del reflujo, desde la observación y la profilaxis antibiótica hasta la cirugía en los casos más severos.

En resumen, el reflujo vesicoureteral primario es un defecto congénito causado fundamentalmente por una anomalía en la válvula vesicoureteral, lo que provoca una incompetencia de la misma y el consiguiente reflujo de orina hacia los riñones. Comprender esta causa subyacente es esencial para un diagnóstico temprano y un manejo efectivo de esta condición, con el objetivo final de preservar la función renal y la salud general del paciente.