¿Qué alteración refractaria es más frecuente en los niños recién nacidos?
La miopía transitoria del lactante es la alteración refractiva más común en recién nacidos. Se caracteriza por un exceso de curvatura corneal o cristalina, corrigiéndose espontáneamente en los primeros 12-18 meses. Afecta hasta al 2% de los menores de 6 años.
La Miopía Transitoria del Lactante: Una Alteración Refractiva Común en Recién Nacidos
La visión de un recién nacido es un universo aún en desarrollo, un proceso complejo que se perfecciona durante los primeros años de vida. Si bien la mayoría de los bebés nacen con una visión aparentemente normal, ciertas alteraciones refractivas pueden presentarse en sus primeros meses. Entre ellas, la más frecuente es la miopía transitoria del lactante.
A diferencia de la miopía de aparición más tardía, la miopía transitoria del lactante es un fenómeno benigno y autolimitado. Se caracteriza por una hipermetropía fisiológica que evoluciona hacia una miopía leve y temporal. Esto significa que el ojo del bebé presenta, de manera pasajera, una mayor curvatura de la córnea o del cristalino de lo habitual, lo que dificulta el enfoque de objetos distantes. En términos sencillos, el ojo “se esfuerza” para enfocar imágenes lejanas, pero lo compensa de forma natural.
Esta condición se manifiesta generalmente durante las primeras semanas o meses de vida y se resuelve espontáneamente, sin necesidad de intervención médica en la mayoría de los casos, entre los 12 y 18 meses de edad. La corrección visual no suele ser necesaria, salvo en casos excepcionales donde se aprecian dificultades significativas en el desarrollo visual del niño. La corrección con lentes, si se considera necesaria, es temporal y únicamente para facilitar la comodidad del bebé.
Aunque es un trastorno común, su prevalencia exacta es difícil de determinar, variando según las poblaciones y los métodos de diagnóstico empleados. Sin embargo, se estima que afecta hasta al 2% de los niños menores de 6 años, convirtiéndola en la alteración refractiva más común en la etapa neonatal.
Es importante destacar que la miopía transitoria del lactante no debe confundirse con otras afecciones oculares más serias. Un examen oftalmológico completo por un profesional es fundamental para descartar patologías subyacentes y confirmar el diagnóstico. Si se observa cualquier signo de alarma, como estrabismo, nistagmo (movimientos oculares involuntarios y rápidos) o falta de respuesta a estímulos visuales, se debe consultar a un oftalmólogo infantil de inmediato.
En resumen, la miopía transitoria del lactante es una condición benigna y autolimitada que, en la mayoría de los casos, no requiere tratamiento. Su conocimiento por parte de padres y pediatras es crucial para evitar la ansiedad innecesaria y asegurar un adecuado seguimiento del desarrollo visual del recién nacido. La detección precoz y el seguimiento periódico por un especialista en oftalmología pediátrica garantizan una detección temprana de cualquier anomalía, permitiéndonos asegurar una buena salud visual para el futuro del niño.
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