¿Qué cuidados debo tener cuando me quitan un lunar?

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Después de la extracción de un lunar, mantén la zona cubierta y seca hasta la retirada de los puntos. Evita el sol y el agua. Si notas dolor, secreción o mal olor, contacta inmediatamente.
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Cuidados esenciales tras la extirpación de un lunar

La extirpación de un lunar es un procedimiento quirúrgico menor que suele ser necesario para eliminar lesiones sospechosas o antiestéticas. Si bien el procedimiento en sí es relativamente simple, es fundamental seguir cuidadosamente las instrucciones de cuidados posteriores para promover una curación óptima y minimizar el riesgo de complicaciones.

Cuidados inmediatos

  • Mantén la zona cubierta: Tras la extirpación del lunar, se colocará un apósito sobre la zona quirúrgica. Mantenlo limpio y seco hasta que se retiren los puntos o grapas.
  • Evita el sol: La exposición al sol puede dañar la zona recién operada y provocar cicatrices. Usa protector solar y evita la exposición directa al sol durante al menos dos semanas.
  • Evita el agua: El agua puede ser un caldo de cultivo para las bacterias. Mantén la zona quirúrgica seca durante al menos 48 horas.

Cuidados a largo plazo

  • Limpieza: Una vez retirados los puntos o grapas, limpia suavemente la zona quirúrgica con agua y jabón. Seca con palmaditas y aplica una crema antibiótica si el médico lo recomienda.
  • Protección del sol: Continúa utilizando protector solar sobre la zona quirúrgica, incluso después de que se haya curado. La exposición prolongada al sol puede aumentar el riesgo de cicatrices y cambios de coloración.
  • Observa la cicatriz: Después de la extirpación del lunar, se formará una costra. No la quites, ya que puede provocar cicatrices. Una vez que la costra se caiga, la cicatriz puede estar roja o elevada inicialmente. Debería aclararse y aplanarse gradualmente con el tiempo.

Cuándo acudir al médico

Aunque la mayoría de las extirpaciones de lunares no provocan complicaciones, es importante estar atento a los siguientes síntomas:

  • Dolor intenso o persistente
  • Secreción o mal olor provenientes de la zona quirúrgica
  • Enrojecimiento, hinchazón o calor excesivos
  • Sangrado abundante
  • Fiebre o escalofríos

Si experimentas alguno de estos síntomas, acude al médico de inmediato. Pueden indicar una infección u otra complicación que requiera atención médica.

Siguiendo cuidadosamente las instrucciones de cuidados posteriores, puedes ayudar a garantizar una curación óptima y minimizar el riesgo de complicaciones tras la extirpación de un lunar.