¿Qué enfermedades provoca el cansancio en las piernas?

El cansancio en las piernas: un síntoma de diversas afecciones

El cansancio en las piernas es un síntoma común que puede afectar a personas de todas las edades. Si bien a menudo se atribuye al cansancio general o a la falta de ejercicio, el cansancio persistente en las piernas puede ser un indicio de una afección subyacente más grave.

Causas relacionadas con la circulación

• Insuficiencia venosa crónica (IVC): Esta afección ocurre cuando las venas de las piernas no pueden bombear sangre de manera eficiente de regreso al corazón. Como resultado, la sangre se acumula en las venas, lo que provoca hinchazón, dolor y cansancio en las piernas.
• Trombosis venosa profunda (TVP): Es un coágulo sanguíneo en una vena profunda de la pierna. Puede causar dolor, hinchazón y sensación de calor en la pierna afectada. La TVP es una afección grave que requiere atención médica inmediata.

Factores del estilo de vida

• Sedentarismo: Estar sentado o parado durante períodos prolongados puede provocar que la sangre se acumule en las piernas, lo que lleva a cansancio y dolor.
• Mala alimentación: Una dieta alta en sodio y grasas saturadas puede contribuir a la retención de líquidos, que a su vez puede causar cansancio en las piernas.
• Exposición prolongada al calor excesivo: Estar expuesto a altas temperaturas durante períodos prolongados puede hacer que las venas se dilaten, lo que provoca una acumulación de sangre en las piernas.

Otros factores

• Postura corporal incorrecta: Sentarse o pararse con una postura incorrecta puede ejercer presión sobre los nervios y vasos sanguíneos de las piernas, lo que provoca cansancio.
• Embarazo: El aumento del volumen de sangre y el peso durante el embarazo pueden ejercer presión sobre las venas de las piernas, lo que lleva a cansancio.
• Ciertos medicamentos: Algunos medicamentos, como los diuréticos, pueden causar deshidratación y empeorar el cansancio en las piernas.

Si experimenta cansancio persistente en las piernas, es importante consultar a un médico para descartar posibles afecciones subyacentes. El diagnóstico generalmente implica un examen físico, historial médico y, en algunos casos, pruebas de imagen como un ultrasonido o una resonancia magnética. Una vez que se determina la causa, se puede recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos o intervenciones quirúrgicas.