¿Qué es absorción y liberación?

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Claro, aquí tienes el fragmento reescrito, verificando la información y evitando la superposición con contenido existente:

Liberación es el proceso inicial donde el fármaco se desprende de su forma farmacéutica y se disuelve en el organismo. Posteriormente, la absorción implica el paso del fármaco disuelto a través de barreras biológicas hasta alcanzar la circulación sanguínea, preparándolo para su distribución y acción.

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Absorción y Liberación: Un Baile Molecular en el Cuerpo Humano

La farmacocinética, el estudio de cómo el cuerpo procesa un fármaco, se basa en una serie de procesos interconectados, cruciales para la eficacia de un medicamento. Dos de estos procesos fundamentales, íntimamente relacionados pero distintos, son la liberación y la absorción. Comprender su interacción es vital para optimizar el diseño de las formulaciones farmacéuticas y para predecir y controlar la respuesta terapéutica.

A diferencia de la percepción común que los considera sinónimos, liberación y absorción representan etapas secuenciales y definidas en el viaje de un fármaco desde su administración hasta su acción en el organismo.

La liberación, el primer paso, se refiere al proceso por el cual el principio activo, contenido en una forma farmacéutica (como una tableta, cápsula, inyección, etc.), se separa de su matriz y se disuelve en el medio biológico. Imaginemos una tableta: la liberación implica la desintegración de la tableta en partículas más pequeñas, seguida de la disolución de estas partículas en el fluido gastrointestinal, por ejemplo. La velocidad de liberación, determinada por factores como la formulación del medicamento (excipientes, tamaño de partícula, recubrimientos), influye directamente en el inicio y la intensidad del efecto farmacológico. Una liberación rápida produce un efecto inmediato, mientras que una liberación lenta o sostenida proporciona un efecto prolongado en el tiempo.

Una vez liberado, el principio activo debe atravesar diversas barreras biológicas para llegar a la circulación sanguínea. Aquí entra en juego la absorción. Este proceso, de naturaleza compleja, implica el paso del fármaco disuelto a través de membranas celulares, desde el sitio de administración hasta el torrente sanguíneo. La absorción puede ocurrir a través de diferentes vías, como la mucosa gástrica, el intestino delgado, la piel, los músculos o el tejido subcutáneo, dependiendo de la vía de administración del fármaco (oral, intravenosa, intramuscular, tópica, etc.).

Diversos factores influyen en la velocidad y la extensión de la absorción, incluyendo las propiedades fisicoquímicas del fármaco (lipofilia, polaridad, tamaño molecular), el pH del medio, la presencia de alimentos en el tracto gastrointestinal, el flujo sanguíneo en el sitio de administración y la integridad de las membranas biológicas. Por ejemplo, un fármaco altamente lipofílico se absorberá más fácilmente que uno hidrosoluble a través de membranas celulares.

En resumen, la liberación es la puesta a disposición del fármaco en su forma disuelta, mientras que la absorción es el proceso de su transporte al sistema circulatorio. Ambos procesos son interdependientes y cruciales para determinar la biodisponibilidad del fármaco, es decir, la fracción del fármaco administrado que alcanza la circulación sistémica y está disponible para ejercer su efecto terapéutico. Una comprensión profunda de estos mecanismos es esencial para el desarrollo de medicamentos eficaces y seguros.