¿Qué graduación de lentes se considera alta?

¿Qué graduación de lentes se considera alta? Un análisis más allá de los números.

La graduación de lentes, expresada en dioptrías, es una medida crucial para entender la corrección visual necesaria para personas con problemas de visión. Mientras que la simple clasificación de “alta graduación” podría sugerir un umbral claro, la realidad es más compleja y va más allá del mero número.

A menudo se escucha que una graduación de lentes se considera alta cuando es inferior a -5.00 dioptrías. Esta afirmación, aunque común, simplifica un concepto que requiere una mirada más profunda. Efectivamente, una graduación de -5.00 dioptrías o inferior indica una miopía severa, donde la dificultad para enfocar objetos lejanos se presenta de manera significativa. Sin embargo, esta no es la única característica a considerar.

La experiencia subjetiva del paciente es fundamental. Una persona con -5.00 dioptrías puede tener una experiencia visual significativamente diferente a otra con -8.00 dioptrías. La severidad de la miopía no se mide únicamente por el número, sino también por la afectación en la vida diaria. Un factor a tener en cuenta es la capacidad de adaptación visual del individuo, así como posibles condiciones asociadas que puedan exacerbar la dificultad de visión.

Además del grado de miopía, existen otras consideraciones importantes. Por ejemplo, la presencia de astigmatismo o presbicia, o la necesidad de lentes para diferentes distancias (cerca, intermedio y lejos). Un ojo con -6.00 dioptrías de miopía con un astigmatismo de 2.5 dioptrías, presentaría un problema de visión mucho más complejo que un ojo con -6.00 de miopía y astigmatismo de 0.5 dioptrías. La complejidad aumenta cuando hay alteraciones en la acomodación, profundidad de enfoque, o cuando existe una interacción de problemas como miopía, astigmatismo y presbicia en el mismo ojo.

En definitiva, determinar qué graduación de lentes se considera “alta” no se reduce a un simple límite numérico. La experiencia visual individual, las condiciones asociadas y la adaptación visual del paciente juegan un papel crucial en la comprensión de la severidad de una graduación de lentes. Es esencial que la valoración sea holística y que el especialista considere tanto el número como la función visual global del paciente para ofrecer el mejor tratamiento y asesoramiento. Un óptico o oftalmólogo cualificado podrá evaluar correctamente la necesidad y tipo de corrección visual, y orientar de manera personalizada.