¿Qué inerva el par 12?
El nervio hipogloso (XII par craneal) inerva los músculos de la lengua, controlando sus movimientos.
El nervio hipogloso (XII par craneal): Un viaje por la motricidad lingual
El duodécimo par craneal, conocido como nervio hipogloso, es un nervio exclusivamente motor que juega un papel fundamental en la movilidad de la lengua. Su nombre, derivado del griego “hypo” (debajo) y “glossa” (lengua), hace referencia a su recorrido por debajo de la lengua. Si bien su función principal se centra en el control de los músculos linguales, su complejidad va más allá de simples movimientos. Acompáñenos en este recorrido por la inervación del XII par y su impacto en acciones tan vitales como el habla, la masticación y la deglución.
El nervio hipogloso inerva la mayoría de los músculos intrínsecos y extrínsecos de la lengua, exceptuando el palatogloso, inervado por el nervio vago (X par craneal). Los músculos intrínsecos, situados dentro de la propia lengua, permiten modificar su forma, acortamiento, alargamiento, aplanamiento o redondeo, esenciales para la articulación de sonidos complejos. Por otro lado, los músculos extrínsecos, que se originan fuera de la lengua y se insertan en ella, controlan su posición dentro de la cavidad oral: protrusión, retracción, elevación y depresión. Esta precisa orquestación muscular, dirigida por el nervio hipogloso, facilita la manipulación del bolo alimenticio durante la masticación y la deglución, y es crucial para la producción del habla articulada.
Imaginemos la complejidad de pronunciar la letra “r” o la sílaba “tra”. Estos sonidos requieren una rápida y coordinada secuencia de movimientos de la lengua, orquestada por el nervio hipogloso. Una lesión en este nervio puede resultar en disartria, dificultad para articular palabras, y disfagia, dificultad para tragar. Además de la producción del habla y la deglución, el nervio hipogloso también contribuye a mantener la permeabilidad de la vía aérea superior, evitando la obstrucción por la lengua, especialmente durante el sueño.
Más allá de su función motora principal, el nervio hipogloso posee conexiones con fibras propioceptivas que transmiten información sobre la posición y el movimiento de la lengua al sistema nervioso central. Esta retroalimentación sensorial es crucial para la coordinación fina de los movimientos linguales y la adaptación a diferentes contextos, como el cambio de consistencia de los alimentos durante la masticación.
En resumen, el nervio hipogloso, aunque aparentemente sencillo en su función motora, es un componente esencial para funciones complejas y vitales como el habla, la masticación y la deglución. Su precisa inervación de los músculos de la lengua nos permite comunicarnos, alimentarnos y mantener la permeabilidad de nuestra vía aérea, destacando la importancia de este pequeño pero poderoso nervio craneal.
#Nervio Craneal#Nervio Hipogloso#Par Craneal 12Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.