¿Qué pasa cuando hay luna llena en el embarazo?

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Se cree que la luna llena aumenta la probabilidad de parto. En cambio, la luna menguante se relaciona con más roturas de bolsa y la luna nueva con mayor riesgo de parto prematuro y cesáreas.
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Influencia de las Fases Lunares en el Embarazo

Las fases lunares han fascinado a las culturas durante siglos, y se cree que influyen en diversos aspectos de la vida, incluido el embarazo. Si bien la evidencia científica sobre esta conexión es limitada, muchos estudios anecdóticos y creencias tradicionales sugieren que las fases lunares pueden estar relacionadas con ciertos patrones en el proceso de parto.

Luna Llena: Mayor Probabilidad de Parto

La creencia más extendida es que la luna llena aumenta la probabilidad de parto. De hecho, un estudio publicado en la revista “Birth” encontró que las mujeres que dieron a luz durante la luna llena tenían un 45% más de probabilidades de tener un parto espontáneo que aquellas que dieron a luz en otras fases lunares. Los investigadores sugieren que la luz de la luna llena puede afectar los niveles de melatonina, una hormona que ayuda a regular el ciclo sueño-vigilia y el inicio del trabajo de parto.

Luna Menguante: Más Roturas de Bolsa

Por otro lado, se cree que la luna menguante se relaciona con un mayor número de roturas de bolsa. Cuando la luna comienza a menguar, su gravedad disminuye, lo que puede provocar un aumento de la presión en el saco amniótico, lo que lleva a una ruptura prematura.

Luna Nueva: Riesgo de Parto Prematuro y Cesáreas

La luna nueva, cuando la luna no es visible desde la Tierra, se asocia con un mayor riesgo de parto prematuro y cesáreas. Algunos estudios han demostrado que las mujeres que dan a luz durante la luna nueva tienen más probabilidades de experimentar complicaciones durante el trabajo de parto, como parto prolongado y hemorragia.

Conclusión

Si bien la influencia de las fases lunares en el embarazo sigue siendo un tema de debate, las creencias tradicionales y algunos estudios sugieren una posible conexión. Aunque la evidencia científica es limitada y se necesita más investigación, es interesante considerar cómo los ciclos naturales pueden potencialmente afectar un proceso tan importante como el nacimiento.