¿Qué pasa si me meto en agua con sal?

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El agua salada retiene líquidos en la sangre, aumentando su volumen y presión sobre los vasos sanguíneos. Esto puede tener consecuencias para la salud, especialmente en personas con hipertensión.
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Los efectos del agua salada en el cuerpo y la presión arterial

Sumergirse en agua salada, como la del mar o un lago salado, puede tener efectos significativos en el cuerpo, especialmente en lo que respecta a la presión arterial.

Retención de líquidos

El agua salada contiene una mayor concentración de iones, como sodio y cloruro, en comparación con el agua dulce. Cuando la piel está sumergida en agua salada, estos iones se absorben a través de la piel y entran en el torrente sanguíneo.

La presencia de estos iones adicionales en la sangre crea un desequilibrio osmótico, lo que significa que hay una mayor concentración de iones en el interior del cuerpo que en el agua salada. Para restaurar el equilibrio, el cuerpo retiene más agua en los vasos sanguíneos para diluir la concentración de iones.

Aumento del volumen sanguíneo

La retención de agua aumenta el volumen sanguíneo, lo que ejerce más presión sobre las paredes de los vasos sanguíneos. Esta mayor presión se conoce como hipertensión o presión arterial alta.

Consecuencias para la salud

La hipertensión sostenida puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales. En personas con hipertensión preexistente, sumergirse en agua salada puede exacerbar aún más la condición, lo que lleva a un aumento significativo de la presión arterial.

Recomendaciones

Para las personas con hipertensión o aquellas con riesgo de desarrollar la afección, es importante limitar la exposición prolongada al agua salada. Si se sumerge en agua salada, es esencial permanecer hidratado bebiendo mucha agua dulce para ayudar al cuerpo a eliminar el exceso de sal y reducir el riesgo de retención de líquidos.

Además, se recomienda consultar con un médico antes de sumergirse en agua salada para obtener orientación y pautas específicas sobre la gestión de la presión arterial en estas condiciones.