¿Qué pasa si no se supera la etapa oral según Freud?

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Una resolución incompleta de la etapa oral freudiana, ya sea por gratificación excesiva o privación, puede generar una fijación oral en la adultez, manifestándose en comportamientos como la dependencia excesiva, el consumo compulsivo o la agresividad verbal. El equilibrio es clave para una sana transición.
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La Sombra de la Boca: Consecuencias de una Fijación Oral en la Adultez

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, postuló que el desarrollo psicosexual infantil se divide en etapas, siendo la oral la primera y fundamental. Esta etapa, que abarca desde el nacimiento hasta aproximadamente los 18 meses, se centra en la boca como zona erógena principal, donde el placer se obtiene a través de la succión, la mordida y la deglución. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando este crucial periodo no se resuelve de forma satisfactoria? La respuesta nos lleva al terreno de las fijaciones orales y sus consecuencias en la vida adulta.

La teoría freudiana sugiere que un desarrollo exitoso en la etapa oral implica un equilibrio delicado entre la gratificación y la frustración. Una madre que responde adecuadamente a las necesidades del lactante, proporcionando el alimento y el consuelo necesarios sin caer en la sobreprotección, facilita una transición saludable a las siguientes etapas. Sin embargo, un desequilibrio en este delicado proceso puede generar una fijación oral, dejando una huella imborrable en la personalidad del individuo.

El exceso y la escasez: dos caras de la misma moneda.

La gratificación excesiva, representada por una sobrealimentación constante y una atención desmesurada a las demandas del bebé, puede resultar en una personalidad oral de tipo pasivo-dependiente. En la adultez, esto se manifestaría en una necesidad constante de aprobación externa, dependencia emocional excesiva en las relaciones, inmadurez emocional y una búsqueda incesante de placer inmediato, a menudo a través de comportamientos como la obesidad o el consumo compulsivo de sustancias. La boca, como fuente de placer infantil, sigue siendo un punto focal en la búsqueda de satisfacción, aunque de manera distorsionada.

Por otro lado, la privación, caracterizada por una falta de atención, afecto y satisfacción de las necesidades básicas del lactante, puede llevar a una personalidad oral de tipo agresivo-sádico. En estos casos, la frustración temprana se traduce en una actitud hostil hacia el mundo. La fijación se manifiesta en comportamientos como la agresividad verbal, la mordacidad en las conversaciones, la envidia, el sarcasmo, e incluso la tendencia a la manipulación y la dominación en las relaciones interpersonales. La boca, en lugar de ser una fuente de placer, se convierte en un instrumento de agresión.

Es importante destacar que estas manifestaciones no son rígidas ni exclusivamente determinadas por la etapa oral. Otros factores, experiencias posteriores y el complejo entramado de la psique humana influyen en la configuración de la personalidad. Sin embargo, una resolución incompleta de esta etapa inicial puede sentar las bases para patrones de comportamiento y relaciones que se repiten a lo largo de la vida.

La búsqueda del equilibrio:

Comprender la influencia de la etapa oral freudiana no busca etiquetar o juzgar, sino comprender la complejidad del desarrollo humano. La clave radica en la búsqueda de un equilibrio, donde la satisfacción de las necesidades infantiles se equilibra con la gradual adquisición de independencia y autonomía. Un proceso de introspección, guiado por la terapia psicológica, puede ayudar a individuos con posibles fijaciones orales a identificar y procesar estas experiencias tempranas, promoviendo una mayor comprensión de sí mismos y un desarrollo más saludable en la adultez. En última instancia, trascender la sombra de la boca implica un camino hacia la madurez emocional y una mayor integración de la personalidad.