¿Qué pasa si siento los olores muy fuertes?

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Si percibes los olores con mucha intensidad, podrías estar experimentando Parosmia, una alteración del olfato que afecta aromas y sabores. Este síntoma es común tras infecciones virales como el COVID-19, la gripe o el resfriado, debido al daño que estos virus pueden causar en el epitelio olfatorio.
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El mundo huele demasiado fuerte: ¿Podría ser Parosmia?

¿Te ha pasado que el aroma del café recién hecho, antes tan placentero, ahora te resulta nauseabundo? ¿O que el olor a jabón te recuerda a algo podrido? Si percibes los olores con una intensidad exagerada e incluso distorsionada, podrías estar experimentando parosmia, una alteración del sentido del olfato que afecta tanto la percepción de aromas como de sabores. Imagina vivir en un mundo donde los olores, incluso los cotidianos, se amplifican y transforman en algo desagradable, impactando tu apetito, tu estado de ánimo e incluso tu vida social.

A diferencia de la anosmia, que implica la pérdida total del olfato, y la hiposmia, que se refiere a una disminución de la capacidad olfativa, la parosmia se caracteriza por la distorsión de los olores. Lo que antes olía bien puede oler mal, y viceversa. Un perfume floral puede oler a quemado, la comida fresca a basura, e incluso el olor corporal propio puede resultar repulsivo. Esta alteración sensorial puede ser extremadamente perturbadora y afectar significativamente la calidad de vida.

Una de las causas más comunes de la parosmia son las infecciones virales de las vías respiratorias superiores, como el COVID-19, la gripe o el resfriado común. Estos virus pueden dañar el epitelio olfatorio, el tejido ubicado en la nariz responsable de detectar los olores. Durante el proceso de regeneración de este tejido, pueden producirse errores en las conexiones neuronales, lo que lleva a la percepción distorsionada de los olores. Aunque la parosmia post-viral suele ser temporal, en algunos casos puede persistir durante meses o incluso años.

Además de las infecciones virales, existen otros factores que pueden desencadenar la parosmia, como:

  • Traumatismos craneoencefálicos: Un golpe en la cabeza puede dañar los nervios olfatorios y provocar alteraciones en la percepción de los olores.
  • Exposición a ciertos químicos o toxinas: Algunos productos químicos, como los pesticidas o los solventes, pueden dañar el epitelio olfatorio.
  • Algunos medicamentos: Ciertos fármacos pueden tener la parosmia como efecto secundario.
  • Tumores cerebrales: En casos raros, la parosmia puede ser un síntoma de un tumor cerebral.

Si experimentas una distorsión persistente en la percepción de los olores, es fundamental consultar a un otorrinolaringólogo. El especialista realizará una evaluación completa para determinar la causa de la parosmia e indicar el tratamiento adecuado. Aunque no existe una cura específica para la parosmia, existen terapias como el “entrenamiento olfativo” que pueden ayudar a reeducar el sentido del olfato y acelerar la recuperación. También es importante identificar y evitar los olores desencadenantes para minimizar el impacto de esta condición en la vida diaria.