¿Qué pasa si tengo el intestino enrollado?

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Si no se trata, un intestino obstruido (enredado o bloqueado) puede causar la muerte del tejido intestinal afectado, generando complicaciones graves. Afortunadamente, con diagnóstico y tratamiento médico oportunos, muchas obstrucciones intestinales se resuelven satisfactoriamente, evitando daños permanentes y salvaguardando la salud del paciente.

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El peligro silencioso de un intestino enrollado: ¿Qué ocurre y por qué actuar a tiempo?

La imagen de un intestino “enrollado” puede parecer confusa, pero se refiere a una realidad médica seria: la obstrucción intestinal. Si bien la terminología popular simplifica el cuadro, describe la incapacidad del contenido intestinal (alimentos, líquidos, gases) de transitar normalmente a través del tracto digestivo. Esta obstrucción puede ser causada por un vólvulo (torsión del intestino sobre sí mismo), una intususcepción (introducción de un segmento intestinal en otro, como un telescopio que se cierra), adherencias (bandas de tejido cicatricial que unen las asas intestinales), tumores, o incluso la impactación fecal.

Imaginemos una manguera de jardín por la que fluye agua. Si se dobla o se obstruye con algún objeto, el agua deja de fluir. De manera similar, cuando el intestino se “enrolla” o se bloquea, el flujo normal del contenido intestinal se interrumpe. Esta situación, si no se trata a tiempo, puede desencadenar una cascada de complicaciones potencialmente mortales.

La obstrucción compromete el flujo sanguíneo hacia el segmento intestinal afectado. Sin un suministro adecuado de sangre, el tejido intestinal comienza a morir (necrosis). Esta necrosis libera toxinas al torrente sanguíneo, provocando una infección generalizada (sepsis) que puede poner en peligro la vida.

Además de la sepsis, la obstrucción intestinal puede causar:

  • Perforación intestinal: La presión acumulada dentro del intestino obstruido puede provocar una ruptura de la pared intestinal, liberando contenido intestinal infectado en la cavidad abdominal, generando peritonitis, una inflamación grave del peritoneo (membrana que recubre la cavidad abdominal).
  • Deshidratación severa: Los vómitos y la incapacidad de absorber líquidos debido a la obstrucción pueden llevar a una deshidratación grave.
  • Desequilibrio electrolítico: La pérdida de líquidos y minerales esenciales a través de los vómitos puede desequilibrar los electrolitos del cuerpo, afectando funciones vitales.

Afortunadamente, el panorama no es del todo sombrío. Un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno son cruciales para evitar las graves consecuencias de una obstrucción intestinal. La atención médica inmediata puede incluir:

  • Hospitalización: Para estabilizar al paciente y realizar las pruebas necesarias.
  • Sonda nasogástrica: Para descomprimir el intestino y aliviar la presión.
  • Fluidoterapia intravenosa: Para corregir la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos.
  • Medicamentos: Para aliviar el dolor y controlar las náuseas y los vómitos.
  • Cirugía: En algunos casos, la cirugía es necesaria para corregir la obstrucción, resecar el tejido intestinal dañado o liberar las adherencias.

Ante la sospecha de una obstrucción intestinal –dolor abdominal intenso, vómitos, distensión abdominal, ausencia de deposiciones o gases– es fundamental buscar atención médica de inmediato. La rapidez en la actuación puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y complicaciones graves. No subestime el peligro silencioso de un intestino “enrollado”. Su salud depende de ello.