¿Qué pruebas te hacen para saber si eres intolerante?

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Para confirmar una intolerancia alimentaria, la prueba más precisa es la prueba de provocación oral, donde se ingiere el alimento sospechoso bajo supervisión médica.

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Descifrando las intolerancias alimentarias: Más allá de las sospechas, las pruebas que confirman

Las molestias digestivas recurrentes, la hinchazón, los dolores de cabeza o incluso problemas cutáneos, a menudo nos llevan a sospechar de una intolerancia alimentaria. Sin embargo, autodiagnosticarse y eliminar alimentos de la dieta sin una base sólida puede ser contraproducente, llevando a deficiencias nutricionales y a una obsesión innecesaria con la comida. Entonces, ¿cómo podemos saber con certeza si realmente somos intolerantes a algún alimento?

Si bien existen diversas pruebas que se promocionan para detectar intolerancias, es importante tener en cuenta que muchas carecen de rigor científico y pueden generar resultados engañosos. Análisis de sangre para detectar anticuerpos IgG, pruebas de kinesiología o estudios del cabello, por ejemplo, no están respaldados por la comunidad médica y no se consideran métodos fiables para diagnosticar intolerancias alimentarias.

La prueba de oro, la más precisa y recomendada por los especialistas para confirmar una intolerancia alimentaria, es la prueba de provocación oral (TPO). Este procedimiento, que debe ser realizado bajo estricta supervisión médica, consiste en la ingesta controlada del alimento sospechoso. El médico, generalmente un alergólogo o gastroenterólogo, administra cantidades progresivamente mayores del alimento en cuestión, observando al paciente para detectar cualquier reacción adversa.

La TPO se realiza en un entorno clínico controlado, ya que en algunos casos, aunque raros, las reacciones pueden ser severas. La supervisión médica permite identificar y tratar rápidamente cualquier síntoma que se presente. Además, la dosis controlada y gradual del alimento ayuda a determinar la cantidad que desencadena la intolerancia, un dato crucial para el manejo posterior.

Antes de realizar una TPO, el médico realizará una historia clínica detallada, considerando los síntomas del paciente, los antecedentes familiares y los posibles alimentos sospechosos. Esto ayuda a individualizar la prueba y a optimizar su eficacia.

Es importante destacar que la TPO se diferencia de las pruebas de alergia, como el prick test o la determinación de IgE específica. Las alergias alimentarias implican una respuesta inmunológica inmediata, mientras que las intolerancias son reacciones adversas no inmunológicas, generalmente relacionadas con la dificultad para digerir un alimento específico.

En resumen, si sospechas de una intolerancia alimentaria, no recurras a pruebas no validadas. Consulta con un especialista y considera la posibilidad de realizar una prueba de provocación oral. Este procedimiento, realizado bajo supervisión médica, te proporcionará un diagnóstico preciso y te permitirá adaptar tu dieta de forma segura y eficaz, mejorando tu calidad de vida. No te autodiagnostiques, confía en la ciencia y en los profesionales de la salud.