¿Qué se reabsorbe en cada parte de la nefrona?

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En la nefrona, el asa de Henle reabsorbe principalmente agua y sodio; el túbulo contorneado proximal, agua, glucosa, aminoácidos y iones; mientras que el túbulo contorneado distal ajusta finamente la reabsorción de sodio, potasio y calcio, regulando la presión sanguínea y el equilibrio electrolítico.

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El Viaje del Filtrado: Reabsorción selectiva en las diferentes partes de la nefrona

La nefrona, la unidad funcional del riñón, es una estructura compleja encargada de filtrar la sangre, eliminar desechos y regular la composición de los fluidos corporales. Este proceso crucial implica una serie de pasos, siendo la reabsorción un elemento fundamental que permite recuperar sustancias vitales del filtrado glomerular y devolverlas a la circulación sanguínea. La reabsorción no es uniforme a lo largo de la nefrona; cada segmento posee mecanismos específicos que determinan qué sustancias son reabsorbidas y en qué cantidad.

Para comprender mejor este proceso, analicemos la reabsorción selectiva en cada parte de la nefrona, considerando que la eficiencia de este mecanismo es vital para mantener la homeostasis del organismo.

1. Túbulo Contorneado Proximal (TCP): El principal reabsorbente:

El TCP es una región clave en la reabsorción, responsable de recuperar la mayor parte del filtrado glomerular. Su epitelio, rico en microvellosidades, maximiza el área de superficie para el transporte. Aquí se reabsorben de manera masiva:

  • Agua: La reabsorción de agua en el TCP está estrechamente ligada a la reabsorción de solutos, principalmente sodio. El movimiento de sodio a través de las células epiteliales crea un gradiente osmótico que arrastra el agua por ósmosis.
  • Glucosa y Aminoácidos: Estas moléculas esenciales son reabsorbidas casi completamente mediante transporte activo secundario, acoplado al transporte de sodio. Su reabsorción completa refleja la eficiencia del sistema en condiciones normales.
  • Iones: Se reabsorben importantes cantidades de sodio (Na+), potasio (K+), cloruro (Cl-), bicarbonato (HCO3-) y fosfato (HPO42-). La reabsorción de bicarbonato es crucial para la regulación del equilibrio ácido-base.
  • Otras sustancias: El TCP también reabsorbe una proporción significativa de urea, creatinina (aunque en menor medida que otras sustancias), y otras pequeñas moléculas orgánicas.

2. Asa de Henle: Concentración y dilución:

El asa de Henle se caracteriza por su estructura en forma de U, con una rama descendente delgada y una rama ascendente gruesa. Cada rama juega un papel distinto en la reabsorción:

  • Rama descendente delgada: Es permeable al agua, pero relativamente impermeable a los solutos. El agua sale por ósmosis hacia el intersticio medular hiperosmolar, concentrando el filtrado.
  • Rama ascendente delgada y gruesa: Es impermeable al agua, pero transporta activamente sodio, potasio y cloruro hacia el intersticio. Este transporte activo contribuye a la hiperosmolaridad de la médula renal, crucial para la concentración de la orina.

En resumen, el asa de Henle crea un gradiente osmótico corticomedular que permite la reabsorción de agua en otras partes de la nefrona y la concentración final de la orina.

3. Túbulo Contorneado Distal (TCD): El ajuste fino:

El TCD realiza un ajuste fino de la composición del filtrado, regulando la excreción de iones y el balance hídrico. La reabsorción en esta sección es regulada hormonalmente:

  • Sodio (Na+): Su reabsorción es modulada por la aldosterona, una hormona que aumenta la reabsorción de sodio y la excreción de potasio.
  • Potasio (K+): Su reabsorción y secreción son finamente reguladas para mantener la homeostasis del potasio en sangre.
  • Calcio (Ca2+): Su reabsorción está influenciada por la hormona paratiroidea, regulando los niveles de calcio en sangre.

Además, el TCD participa en la secreción de iones hidrógeno (H+), contribuyendo a la regulación del equilibrio ácido-base.

4. Túbulo Colector: Concentración final de la orina:

El túbulo colector recibe el filtrado del TCD y juega un papel crucial en la concentración final de la orina. La permeabilidad al agua de esta estructura está regulada por la hormona antidiurética (ADH o vasopresina), que aumenta la reabsorción de agua en presencia de deshidratación. La ADH permite que las acuaporinas se inserten en la membrana celular del túbulo colector, aumentando la permeabilidad al agua.

En conclusión, la reabsorción en la nefrona es un proceso altamente selectivo y regulado que implica la compleja interacción de diferentes segmentos tubulares y hormonas. La eficiente reabsorción de agua y solutos esenciales es vital para mantener la homeostasis del organismo, regulando la presión sanguínea, el equilibrio electrolítico y la excreción de desechos. Entender este proceso a nivel segmentario permite apreciar la intrincada fisiología del riñón y la importancia de su función en la salud.