¿Qué se siente después de tomar vitamina D?

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Un exceso de vitamina D puede provocar hipercalcemia, una afección grave que daña riñones, tejidos y huesos. Entre sus síntomas se encuentra el estreñimiento.

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El Silencioso Efecto de la Vitamina D: ¿Qué Sentimos (y qué no) Después de Tomar Una Dosis?

La vitamina D, a menudo llamada “la vitamina del sol,” ha escalado posiciones en la lista de suplementos más populares. Su papel crucial en la salud ósea es bien conocido, pero la realidad de sus efectos en el cuerpo tras la ingesta es, sorprendentemente, menos discutida. Muchas personas esperan un cambio inmediato y dramático, pero la verdad es más sutil, y depende en gran medida de la dosis, los niveles previos de vitamina D en el organismo y la salud individual.

No existe una experiencia universal tras tomar vitamina D. Algunos individuos no reportan sentir absolutamente nada. Otros pueden experimentar una leve sensación de bienestar general, atribuida a menudo, erróneamente, a la propia vitamina D y no a un efecto placebo o a la mejora de un factor subyacente. Es importante recordar que la vitamina D trabaja a nivel celular, regulando la absorción de calcio y fósforo, y sus efectos no se manifiestan a través de sensaciones inmediatas y fácilmente detectables. Esperar un “chute” de energía o un cambio repentino en el estado de ánimo es poco realista.

Sin embargo, hay síntomas que podrían indicar un posible problema, y que están relacionados no con la falta de vitamina D, sino con su exceso. Un consumo excesivo, ya sea a través de suplementos o exposición solar prolongada, puede llevar a la hipercalcemia, una condición que presenta una serie de efectos adversos, incluyendo:

  • Estreñimiento: Como se mencionó, este es un síntoma común de la hipercalcemia. La elevación de los niveles de calcio en la sangre interfiere con la función intestinal normal.
  • Náuseas y vómitos: Estos síntomas gastrointestinales también pueden ser una señal de que se ha sobrepasado la dosis recomendada de vitamina D.
  • Debilidad muscular: Paradójicamente, un exceso de vitamina D puede provocar debilidad, en lugar de fortalecer los músculos como se esperaría con una adecuada suplementación.
  • Dolor óseo: Irónicamente, un nivel demasiado alto de vitamina D puede causar dolor en los huesos y articulaciones, en lugar de aliviarlos.
  • Frecuencia urinaria aumentada: El cuerpo intenta eliminar el exceso de calcio a través de la orina, lo que puede resultar en una mayor necesidad de orinar.
  • Confusión mental: En casos severos, la hipercalcemia puede afectar la función cognitiva, llevando a confusión y desorientación.
  • Daño renal: A largo plazo, la hipercalcemia puede causar daño significativo a los riñones, afectando su capacidad de filtrar los desechos del cuerpo.

Es crucial recordar que la automedicación con suplementos de vitamina D puede ser peligrosa. Antes de iniciar cualquier suplementación, se debe consultar a un médico para determinar los niveles de vitamina D en sangre y establecer la dosis adecuada. El médico podrá evaluar la necesidad de suplementación y prevenir la aparición de efectos secundarios indeseados, incluyendo la hipercalcemia y sus consecuencias potencialmente graves. La clave para obtener los beneficios de la vitamina D reside en la moderación y la supervisión médica. No se trata de sentir algo específico tras su ingesta, sino de asegurar que nuestros niveles se mantienen dentro de los rangos saludables para promover una buena salud.