¿Qué síntomas tiene una persona con insuficiencia renal terminal?

Insuficiencia Renal Terminal: Más allá de la función perdida, los síntomas que marcan el declive

La insuficiencia renal terminal (IRT), también conocida como enfermedad renal en etapa terminal (ERET), representa el punto final de la enfermedad renal crónica. En esta fase crítica, los riñones han perdido virtualmente toda su capacidad para funcionar correctamente, impactando de manera significativa la salud y la calidad de vida del paciente. Más allá de la dependencia de diálisis o trasplante para sobrevivir, la IRT se manifiesta a través de una serie de síntomas que reflejan el desequilibrio interno causado por la acumulación de toxinas y la incapacidad de regular fluidos y electrolitos.

Uno de los signos distintivos de la IRT es la acumulación de desechos en el cuerpo. En condiciones normales, los riñones actúan como filtros, eliminando productos de desecho generados por el metabolismo. Al fallar esta función, sustancias tóxicas como la urea y la creatinina se acumulan en la sangre, generando una cascada de problemas.

Esto se traduce, comúnmente, en retención de líquidos, lo que a su vez provoca edema, especialmente en las extremidades inferiores. Los tobillos y los pies se hinchan, dificultando la movilidad y causando incomodidad. Esta retención de líquidos también puede afectar otros órganos, como los pulmones, contribuyendo a la dificultad respiratoria en casos avanzados.

La fatiga y la somnolencia son síntomas frecuentes y debilitantes en la IRT. La anemia, causada por la disminución en la producción de eritropoyetina (una hormona renal que estimula la producción de glóbulos rojos), contribuye a la sensación constante de cansancio. Además, la acumulación de toxinas en el cerebro puede alterar el sueño y provocar somnolencia diurna.

Es crucial destacar que la IRT puede manifestarse de manera diferente en cada persona, dependiendo de factores como la edad, la presencia de otras enfermedades (como la diabetes o la hipertensión) y la rapidez con la que progresa la enfermedad renal. En casos severos, especialmente en pacientes con otras patologías subyacentes, la IRT puede desencadenar complicaciones graves como:

• Dificultad respiratoria: La retención de líquidos en los pulmones (edema pulmonar) puede dificultar la respiración, provocando falta de aire, tos y sibilancias.
• Confusión: La acumulación de toxinas en el cerebro puede alterar la función cognitiva, provocando desorientación, problemas de memoria y dificultad para concentrarse.
• Coma: En los casos más graves, la toxicidad extrema puede llevar a la pérdida de conciencia y al coma.

En resumen, la insuficiencia renal terminal es una condición seria que requiere una atención médica integral y continua. El reconocimiento temprano de los síntomas, la implementación de un tratamiento adecuado (diálisis o trasplante) y el manejo de las complicaciones son fundamentales para mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia de los pacientes que enfrentan esta enfermedad. Es imperativo que tanto los pacientes como sus familias estén informados sobre la IRT y colaboren estrechamente con el equipo médico para optimizar el manejo de la enfermedad y sus síntomas.