¿Qué son las bolitas de sangre que salen en la piel?

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Pequeños vasos sanguíneos rotos bajo la piel, tras un golpe o caída, provocan extravasación sanguínea en los tejidos subcutáneos. Esta acumulación de sangre, inicialmente rojiza, oscurece gradualmente, dando lugar a la coloración característica del hematoma o moretón.

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Las misteriosas bolitas de sangre bajo la piel: Más que un simple moretón

A menudo, tras un golpe o una caída aparentemente insignificante, aparecen en nuestra piel pequeñas protuberancias rojizas o violáceas que preocupan. Estas “bolitas de sangre”, como coloquialmente se les conoce, son, en la mayoría de los casos, el resultado de una extravasación sanguínea en los tejidos subcutáneos, un fenómeno más complejo de lo que parece a simple vista.

Contrariamente a la creencia popular de que se trata simplemente de sangre “acumulada”, la realidad es que estas lesiones son el resultado de la rotura de pequeños vasos sanguíneos, capilares principalmente, ubicados justo debajo de la epidermis. El traumatismo, aunque leve, produce una microhemorragia que libera glóbulos rojos al tejido conectivo subyacente. Esta sangre extravasada no se coagula de inmediato como ocurre en una herida abierta, sino que se infiltra en el tejido, formando una pequeña acumulación que se manifiesta como una bolita palpable y visible.

La coloración inicial, un rojo intenso, se debe a la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre. Sin embargo, con el paso del tiempo, la hemoglobina se degrada, cambiando la tonalidad del hematoma. Este proceso de degradación explica la evolución del color, pasando del rojo vivo al morado oscuro, luego al azul verdoso y finalmente al amarillo-marrón, antes de desaparecer completamente. Este cambio cromático es un indicador del proceso de reabsorción y eliminación de la sangre extravasada por el cuerpo.

Es importante destacar que la apariencia de estas bolitas de sangre varía en función de la gravedad del trauma y la localización. Una caída fuerte puede provocar un hematoma más extenso y profundo, mientras que un pequeño golpe puede resultar en varias bolitas pequeñas y dispersas. Asimismo, su tamaño y consistencia pueden variar, desde pequeñas elevaciones apenas perceptibles hasta protuberancias más grandes y firmes.

Aunque en la mayoría de los casos son inofensivas y desaparecen espontáneamente en un plazo de dos a tres semanas, algunas situaciones requieren atención médica. Si el hematoma es muy grande, doloroso, se acompaña de fiebre, inflamación excesiva o no mejora después de varias semanas, es fundamental consultar a un profesional de la salud. Esto podría indicar una complicación subyacente que requiere un diagnóstico y tratamiento adecuados.

En resumen, las “bolitas de sangre” bajo la piel son, en su gran mayoría, un signo benigno de microhemorragias causadas por pequeños traumatismos. Sin embargo, la observación de su evolución y la consulta médica en casos de duda o complicación son cruciales para garantizar una correcta evaluación y descartar cualquier patología más seria.