¿Qué tan necesarias son las amígdalas?

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Las amígdalas, parte del sistema inmunológico, filtran bacterias y virus en la garganta. Su función defensiva, aunque importante en la infancia, disminuye con la edad, y su extirpación solo se considera en casos de infecciones recurrentes o complicaciones severas.

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¿Son realmente indispensables las amígdalas? Un vistazo a su función y necesidad.

Las amígdalas, esos pequeños órganos con forma de almendra ubicados al fondo de la garganta, a menudo son protagonistas de historias infantiles de dolor, inflamación y visitas al médico. Pero, ¿cuál es su verdadera importancia en nuestro organismo? ¿Son tan necesarias como para conservarlas o su extirpación no representa un gran problema? La respuesta, como suele suceder en medicina, es compleja y depende de cada caso.

Formadas por tejido linfoide, las amígdalas, junto con las adenoides y otras estructuras, constituyen la primera línea de defensa del sistema inmunológico en la vía aérea superior. Actúan como guardianes, filtrando el aire que inhalamos y atrapando bacterias, virus y otros agentes patógenos que intentan ingresar a nuestro organismo. Su función es crucial, especialmente durante la infancia, cuando el sistema inmunológico aún está en desarrollo y aprendiendo a reconocer y combatir las amenazas externas. Imaginemos a las amígdalas como un campo de entrenamiento para el sistema inmune, donde los glóbulos blancos aprenden a identificar y neutralizar a los invasores.

Sin embargo, esta función defensiva, tan vital en los primeros años de vida, disminuye gradualmente con la edad. A medida que el sistema inmunológico madura y se fortalece, la contribución de las amígdalas se vuelve menos significativa. Es por esto que la extirpación (amigdalectomía) no suele tener un impacto negativo en la capacidad del organismo para defenderse de las infecciones en la edad adulta.

Entonces, ¿cuándo se considera necesaria la amigdalectomía? La extirpación de las amígdalas no se realiza a la ligera. Se reserva para casos específicos donde los beneficios superan los riesgos. Las infecciones recurrentes, como la amigdalitis bacteriana o la amigdalitis estreptocócica que se repiten con frecuencia a pesar del tratamiento antibiótico, son una de las principales indicaciones para la cirugía. También se considera la amigdalectomía en casos de abscesos periamigdalinos, hipertrofia amigdalar que obstruye la respiración o la deglución, y en situaciones menos frecuentes, ante la sospecha de tumores.

En resumen, las amígdalas juegan un papel importante en el desarrollo del sistema inmunológico, especialmente durante la infancia. Su función defensiva disminuye con la edad, y su extirpación solo se considera en casos de infecciones recurrentes, complicaciones severas o obstrucción significativa de las vías respiratorias. La decisión de realizar una amigdalectomía debe tomarse de forma individualizada, valorando cuidadosamente los beneficios y riesgos en cada paciente, y siempre bajo la supervisión de un otorrinolaringólogo.