¿Quién creó la somatocarta?
William Herbert Sheldon, psicólogo estadounidense, desarrolló en la década de 1940 la teoría del somatotipo, vinculando la morfología corporal con rasgos temperamentales, estableciendo así una correlación entre físico y personalidad. Este sistema de clasificación antropométrica es su creación.
El Enigma de la Somatocarta: Más Allá de la Simple Clasificación Corporal
William Herbert Sheldon, un nombre que quizás no resuena en la memoria colectiva, pero que marcó un hito en la exploración de la interconexión entre la biología y la psicología. A él debemos la creación de la somatocarta, un sistema de clasificación antropométrica que, lejos de ser una mera herramienta de medición física, pretendía desentrañar las complejidades del temperamento humano a través del análisis morfológico. Desarrollada en la década de 1940, esta metodología, aunque controvertida en la actualidad, sigue despertando interés en ámbitos como la antropología y la historia de la psicología.
La somatocarta no es simplemente una gráfica; es la culminación de la teoría del somatotipo de Sheldon. Este sistema no se limita a registrar medidas antropométricas como altura y peso, sino que profundiza en la evaluación de la estructura ósea y la distribución de la masa corporal. Sheldon identificó tres componentes somatotípicos fundamentales, a los que denominó endomorfia, mesomorfia y ectomorfia, representando cada uno un patrón corporal específico y, según su teoría, un temperamento asociado.
La endomorfia, caracterizada por una contextura redondeada, con una mayor proporción de tejido adiposo, se vinculaba con un temperamento viscerotónico, asociado a la sociabilidad, la calma y la búsqueda del placer. La mesomorfia, por su parte, se define por una constitución atlética, con una musculatura prominente y huesos fuertes. Este tipo somático se relacionaba con el temperamento somatotónico, descrito como activo, enérgico, agresivo y asertivo. Finalmente, la ectomorfia, con una constitución delgada, frágil y con poca masa muscular, se correspondía con el temperamento cerebrotónico: un individuo introvertido, tendiente a la ansiedad y con una gran actividad mental.
La somatocarta, entonces, no es solo una representación gráfica de estas tres componentes, sino una herramienta que permitía cuantificar la proporción de cada somatotipo en un individuo. Utilizando una escala de 1 a 7 para cada componente, se obtenía una fórmula que reflejaba el perfil somatotípico único de cada persona. Por ejemplo, un individuo con una somatocarta de 7-1-1 sería predominantemente endomorfo, mientras que un 1-7-1 se clasificaría como predominantemente mesomorfo.
Sin embargo, la teoría de Sheldon, y por ende la aplicación de la somatocarta, ha sido objeto de fuertes críticas. La correlación entre tipo corporal y temperamento ha sido cuestionada por su falta de rigor científico y su posible sesgo cultural. Estudios posteriores han demostrado que la personalidad es un constructo mucho más complejo que no puede reducirse simplemente a la morfología corporal.
A pesar de sus limitaciones, la somatocarta permanece como un testimonio fascinante de un intento por conectar la biología y la psicología. Su legado radica no solo en la aportación de un sistema de clasificación antropométrica, sino en la estimulación del debate sobre la influencia de factores biológicos en la personalidad, un campo de investigación que continúa vigente y en constante evolución. El enigma de la somatocarta reside en la continua búsqueda de una comprensión más profunda de la compleja interacción entre cuerpo y mente.
#Anatomía#Mapa Corporal#SomatocartaComentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.