¿Quién cura la ascitis?

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El tratamiento de la ascitis recae principalmente en el especialista en Aparato Digestivo (gastroenterólogo), quien diagnostica la causa subyacente y define la estrategia a seguir. En situaciones complejas o que requieran intervención quirúrgica, el cirujano general puede también participar en el manejo de la ascitis.

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El abordaje médico de la ascitis: ¿Quién está al mando?

La ascitis, esa incómoda acumulación de líquido en la cavidad abdominal, requiere un manejo preciso y multidisciplinario para abordar tanto sus síntomas como su causa subyacente. Aunque diferentes profesionales de la salud pueden estar involucrados en el cuidado del paciente con ascitis, la figura principal y responsable del diagnóstico y plan de tratamiento es el especialista en Aparato Digestivo, el gastroenterólogo.

Su rol crucial se basa en su expertise en las enfermedades del hígado, una de las principales causas de ascitis. El gastroenterólogo realiza una evaluación exhaustiva del paciente, incluyendo la historia clínica, examen físico y pruebas complementarias como análisis de sangre, ecografía abdominal y, en ocasiones, paracentesis (extracción de una muestra del líquido ascítico). Este proceso permite identificar la etiología de la ascitis, ya sea cirrosis hepática, insuficiencia cardíaca, peritonitis tuberculosa, entre otras.

Una vez determinada la causa, el gastroenterólogo diseña la estrategia terapéutica individualizada. Esta puede incluir modificaciones en el estilo de vida, como la restricción de sodio en la dieta, y la prescripción de medicamentos, como diuréticos para eliminar el exceso de líquido y, en casos específicos, antibióticos para tratar infecciones. El seguimiento cercano del paciente es fundamental para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar las medidas según sea necesario.

Si bien el gastroenterólogo lidera el manejo de la ascitis, en ciertas circunstancias, la colaboración con otros especialistas se vuelve imprescindible. Por ejemplo, en casos de ascitis refractaria al tratamiento médico, o cuando se sospecha una complicación como la peritonitis bacteriana espontánea, la intervención del cirujano general puede ser necesaria. Este especialista puede realizar procedimientos como la colocación de una derivación portosistémica intrahepática transyugular (TIPS), un procedimiento mínimamente invasivo que ayuda a reducir la presión portal y mejorar el control de la ascitis, o incluso un trasplante hepático en casos seleccionados.

En resumen, el tratamiento de la ascitis se centra en un enfoque integral y coordinado. El gastroenterólogo actúa como el director de orquesta, diagnosticando la causa y liderando el tratamiento médico. Sin embargo, la colaboración con otros especialistas, como el cirujano general, se vuelve esencial en situaciones complejas, garantizando así la mejor atención posible para el paciente. Es importante recordar que la automedicación nunca es recomendable y ante la sospecha de ascitis se debe acudir a un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.