¿Qué se considera daños por agua?
Los daños por agua en seguros generalmente se refieren a los perjuicios causados por fugas o rupturas en tuberías, grifos, sistemas de calefacción o electrodomésticos conectados al suministro de agua dentro de la propiedad asegurada.
Descifrando los Daños por Agua en tu Seguro
El término “daños por agua” puede parecer sencillo, pero en el contexto de las pólizas de seguro, adquiere una especificidad crucial para entender qué está cubierto y qué no. No se trata de cualquier contacto con el agua, sino de situaciones concretas originadas dentro de la propiedad. Imaginar un vaso de agua derramado sobre una mesa no entra dentro de esta categoría. En su lugar, los daños por agua en seguros generalmente se refieren a perjuicios causados por eventos más significativos y, a menudo, inesperados, relacionados con el sistema de plomería y ciertos electrodomésticos.
Para comprender mejor el alcance de la cobertura, es importante desglosar las causas más comunes que las aseguradoras consideran como “daños por agua”:
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Fugas en tuberías: Desde pequeñas fisuras hasta roturas mayores, las fugas en tuberías de suministro de agua, desagüe o calefacción son una causa frecuente de daños cubiertos. Esto incluye tanto las tuberías visibles como las ocultas dentro de paredes o techos. La antigüedad de las tuberías, la corrosión o la presión excesiva pueden ser factores desencadenantes.
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Problemas con grifos y válvulas: Grifos que gotean constantemente, válvulas defectuosas o mangueras de conexión deterioradas pueden generar acumulación de agua y daños a largo plazo, situaciones que generalmente se incluyen dentro de la cobertura.
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Fallos en sistemas de calefacción: Las fugas en radiadores, calderas o sistemas de calefacción por suelo radiante pueden causar daños significativos por agua, especialmente si ocurren durante la temporada de invierno.
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Averías en electrodomésticos: Electrodomésticos como lavadoras, lavavajillas o frigoríficos con conexión a la red de agua pueden sufrir averías que provoquen fugas. La cobertura para estos casos puede variar según la póliza y las circunstancias específicas.
Es crucial destacar que no todos los tipos de contacto con agua están cubiertos. Generalmente, se excluyen daños causados por:
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Inundaciones: Los daños causados por inundaciones, ya sean por desbordamiento de ríos, lluvias torrenciales o mareas altas, requieren una póliza de seguro específica contra inundaciones.
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Filtraciones graduales: Las filtraciones lentas y progresivas, como la humedad que se filtra a través de una pared exterior, a menudo no están cubiertas, ya que se consideran un problema de mantenimiento.
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Agua de lluvia que entra por ventanas o techos dañados: Si el agua de lluvia ingresa a la propiedad debido a un techo deteriorado o una ventana rota, la responsabilidad generalmente recae en el propietario para mantener la propiedad en buen estado.
Ante cualquier evento que pueda causar daños por agua, es fundamental contactar a la aseguradora lo antes posible para reportar el incidente y seguir sus instrucciones. Documentar los daños con fotografías y vídeos puede ser de gran ayuda en el proceso de reclamación. Finalmente, leer detenidamente la póliza de seguro y consultar con la aseguradora cualquier duda sobre la cobertura específica es la mejor manera de evitar sorpresas desagradables.
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