¿Qué color sale si se mezcla rojo y verde?

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Al combinar luz roja y verde, el resultado es amarillo. Este principio se aplica en pantallas digitales, donde la superposición de estas luces genera la percepción del color amarillo en el ojo humano. Sin embargo, al mezclar pigmentos rojos y verdes, se obtiene un color marrón oscuro o un tono apagado.

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La magia de la mezcla: rojo y verde, ¿qué color resulta?

La combinación de colores es un fascinante juego que nos permite explorar un universo de tonalidades. Uno de los ejemplos más curiosos es la mezcla de rojo y verde, cuyos resultados pueden variar drásticamente dependiendo del medio que utilicemos: luz o pigmento. Esta dualidad nos revela la compleja interacción entre la física de la luz y nuestra percepción del color.

En el ámbito de la luz, pensemos en las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos. Estas se basan en la tecnología RGB (Red, Green, Blue – Rojo, Verde, Azul), donde la combinación de luces rojas y verdes crea la ilusión del amarillo. Nuestros ojos interpretan la superposición de estas longitudes de onda como un nuevo color, distinto de sus componentes originales. Este fenómeno se denomina síntesis aditiva, donde la suma de luces produce colores más brillantes, culminando en el blanco con la combinación de los tres colores primarios. Imagine un escenario iluminado con focos rojos y verdes: la zona donde las luces se superponen se percibirá amarilla.

Sin embargo, la historia cambia radicalmente cuando hablamos de pigmentos, las sustancias que dan color a las pinturas, tintas y otros materiales. Al mezclar pigmentos rojos y verdes, el resultado no es un amarillo vibrante, sino un tono marrón oscuro o un verde apagado, dependiendo de las proporciones y la saturación de los colores originales. Este fenómeno se explica por la síntesis sustractiva, donde los pigmentos absorben ciertas longitudes de onda de la luz y reflejan otras. Al mezclar rojo y verde, se absorbe una mayor cantidad de luz, resultando en un color más oscuro y apagado. Pensemos en mezclar témperas o acuarelas: el resultado será notoriamente diferente al obtenido con la luz.

Esta diferencia fundamental entre la mezcla de luz y pigmentos es crucial para comprender la teoría del color y sus aplicaciones en diversas disciplinas, desde el diseño gráfico y la fotografía hasta la pintura y la impresión. Mientras que la suma de luces rojas y verdes produce amarillo, la mezcla de pigmentos de los mismos colores genera un marrón oscuro o verde apagado. Así, la magia de la mezcla de colores reside no solo en los tonos utilizados, sino también en el medio que los combina, recordándonos la intrincada relación entre la física de la luz y nuestra propia percepción del mundo que nos rodea.