¿Cómo se llama cuando las placas se chocan?

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La colisión de placas tectónicas se denomina subducción. Este proceso, donde una placa se desliza bajo otra, generalmente oceánica bajo continental, desencadena intensa actividad geológica, incluyendo la formación de volcanes y cordilleras, además de frecuentes terremotos.

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Más Allá de la Subducción: La Complejidad de las Colisiones de Placas Tectónicas

La imagen popular de las placas tectónicas chocando suele reducirse a un simple término: subducción. Si bien la subducción es un proceso crucial y representativo de estas colisiones, simplifica una realidad geológica mucho más rica y compleja. Afirmar que “cuando las placas se chocan se llama subducción” es una verdad a medias, que omite la diversidad de interacciones que se producen en los límites convergentes entre placas.

La subducción, efectivamente, se refiere a la situación donde una placa tectónica, generalmente una placa oceánica más densa, se desliza bajo otra, ya sea continental u oceánica menos densa. Este proceso, como se menciona correctamente, genera una intensa actividad sísmica y volcánica, responsable de la formación de arcos volcánicos insulares (como Japón o las Filipinas) y cordilleras volcánicas continentales (como los Andes). La fricción entre las placas, el movimiento del magma y la deformación de la corteza terrestre dan como resultado terremotos de gran magnitud, algunos de los más devastadores registrados en la historia de la humanidad.

Sin embargo, el encuentro entre placas no siempre termina en subducción. La naturaleza de la colisión depende de la naturaleza de las placas involucradas: su densidad, composición, velocidad de movimiento y ángulo de convergencia. Si dos placas continentales colisionan, ambas con densidades relativamente bajas, la subducción resulta menos probable. En este caso, la colisión produce un proceso de obducción, donde las placas chocan y se comprimen, elevando enormes masas de roca y formando imponentes cordilleras montañosas. El Himalaya, resultado de la colisión entre la placa India y la placa Euroasiática, es un ejemplo magnífico de este tipo de colisión. La formación de estas cordilleras no implica la misma actividad volcánica intensa que la subducción, aunque la actividad sísmica sigue siendo significativa.

Otro aspecto a considerar es la colisión entre dos placas oceánicas. Si bien una placa podría subducir bajo la otra, la interacción es más compleja que la subducción simple océano-continente. La formación de arcos volcánicos insulares es también el resultado de este tipo de colisiones, pero la geometría y la dinámica del proceso son diferentes.

En resumen, mientras que “subducción” describe un tipo específico y muy importante de colisión de placas tectónicas, no abarca la totalidad de los procesos geológicos que ocurren cuando las placas chocan. La realidad es mucho más matizada, involucrando diferentes mecanismos como la obducción y diversas interacciones entre placas oceánicas y continentales, cada una con sus propias características sísmicas y volcánicas. Usar únicamente el término “subducción” simplifica excesivamente una interacción geológica extraordinariamente compleja y dinámica.